VACUNAS SIN REFRIGERAR: UNA PRIORIDAD PARA INMUNIZAR A 22 MILLONES DE NIÑOS CADA AÑO

Un nuevo estudio de Médicos Sin Fronteras demuestra que una vacuna contra el tétanos sigue siendo efectiva tras un mes fuera de la estricta cadena de frío

Un nuevo estudio de Médicos Sin Fronteras demuestra que una vacuna contra el tétanos sigue siendo efectiva tras un mes fuera de la estricta cadena de frío

Cada año, uno de cada cinco recién nacidos no recibe las vacunas vitales. La necesidad de conservar en frío constante las vacunas supone un gran obstáculo para mejorar las bajas tasas de inmunización, según la organización internacional médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF). Los obstáculos logísticos que impone la ‘cadena de frío’ –la obligación de mantener las vacunas entre 2º y 8º C de temperatura constante– podrían paliarse si las compañías farmacéuticas proporcionaran más información sobre el grado real de sensibilidad al calor de algunas vacunas. Un nuevo estudio de MSF realizado en una vacuna contra el tétanos confirma que algunas vacunas pueden utilizarse con seguridad fuera de la cadena de frío.

“Por nuestra experiencia, la necesidad de mantener las vacunas en la cadena de frío durante todo el camino hasta el paciente es, sinceramente, una de las mayores barreras para que organizaciones como MSF pueden llevar a cabo vacunaciones eficaces”, afirma el doctor Greg Elder, director adjunto de Operaciones de MSF. “Si pudiéramos usar de forma segura más vacunas fuera de la cadena de frío durante un periodo de tiempo, sobre todo para el último tramo del viaje, podríamos inmunizar a muchos más niños que viven en las zonas más aisladas”.

En la actualidad, las vacunas necesitan conservarse en frío desde el momento que salen de la fábrica hasta que se utilizan en un punto de vacunación, lo que provoca enormes desafíos logísticos a los proveedores que deben garantizar el mantenimiento de la cadena del frío en cada paso del camino, tanto en su transporte como en el almacenamiento. Aunque esto no sea un reto importante en los estados ricos, en los países en desarrollo conlleva un obstáculo considerable, especialmente en las zonas más cálidas, aisladas y carentes de sistemas fiables de electricidad para la refrigeración. Esta dificultad es una las causas de las bajas tasas de inmunización en algunos países, provocando que, cada año, más de 22 millones de niños menores de un año no completen su cartilla de vacunación.

Pese a todo, cada vez hay más pruebas que demuestran que algunas vacunas pueden ser seguras fuera de la cadena de frío durante determinados períodos de tiempo. Bajo la denominada “cadena de temperatura controlada” (CTC), algunas vacunas pueden romper la cadena de frío durante un breve periodo de tiempo, justo antes de su uso, lo que facilitaría la logística del transporte en la última y crítica etapa de su viaje, desde el distrito o el puesto de salud hasta las aldeas más remotas.

“Esta barrera se puede abordar y superar; es una cuestión de voluntad política, de actuar para cubrir las necesidades de los niños en los países en desarrollo y no por razones económicas”, razona Elder Kate, referente de vacunas de la Campaña de Acceso a Medicamentos Esenciales de MSF. “Para reducir el peso de la cadena de frío, necesitamos que las compañías farmacéuticas utilicen los datos que ya tienen y generen nueva información para demostrar la verdadera estabilidad al calor de sus vacunas y que algunas son eficaces incluso cuando se utilizan fuera de la cadena de frío más estricta. Esto se ha hecho antes, pero en excepcionales ocasiones; necesitamos que más compañías den este paso”.

Hasta el momento, solo una vacuna ha sido recomendada para su uso bajo las condiciones de la CTC por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La vacuna MenAfriVac, que se utiliza para vacunar contra cepas de la meningitis A en el cinturón de la meningitis del África subsahariana, fue aprobada en noviembre de 2012 para ser empleada incluso tras cuatro días de almacenaje hasta a 40o C.

Un estudio reciente de Epicentre, el centro de investigación de MSF, revela que una vacuna basada en el toxoide tetánico también se puede utilizar con seguridad en condiciones de CTC. Durante 2013, Epicentre, MSF y varios socios llevaron a cabo un estudio para determinar la estabilidad y la eficacia continuada de esta vacuna antitetánica del Instituto del Suero de la India, cuando ésta se mantiene en una cadena de temperatura controlada con temperaturas ambiente de hasta 40o C durante un máximo de 30 días. En el Chad, el estudio comparó la eficacia en dos grupos de mujeres que recibieron las vacunas, unas conservadas en estricta cadena de frío y otras tras permanecer fuera de la cadena de frío durante 30 días. El estudio mostró que ambos grupos de mujeres estaban protegidas adecuadamente contra el tétanos.

“Los resultados sugieren que la vacuna contra el tétanos del Instituto del Suero de la India es estable, segura y efectiva fuera de la estricta cadena del frío”, explica la Dra. Rebecca Grais, directora de Epidemiología en Epicentre. “Espero que este resultado estimule directrices claras para el uso más flexible de la vacuna antitetánica en condiciones de CTC para que, de esta forma, muchas más personas que viven en zonas remotas puedan ser inmunizadas”.

Los resultados positivos del estudio de Epicentre, y el precedente de la vacuna MenAfriVac, deben impulsar a las empresas farmacéuticas a generar y dar a conocer los datos sobre la termo-estabilidad de las vacunas, y procure la aprobación que permita volver a calificarlas para su uso fuera de la cadena del frío.

“Ahora mismo, la responsabilidad recae en las compañías farmacéuticas que deben generar datos y tomar la iniciativa con los organismos reguladores para que sus vacunas puedan ser aprobadas para su uso fuera de la cadena del frío”, asegura la Dra. Elder. “A largo plazo, queremos que las vacunas de nueva generación sean desarrolladas y autorizadas con objetivos ambiciosos en cuanto a la estabilidad bajo condiciones de calor, por lo que se evitaría este problema desde el principio”.

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