Vemos un grave aumento de ingresos por malaria infantil en Aweil

La sala de emergencias del Hospital de Aweil está llena de pacientes, en su mayoría madres con niños menores de cinco años con malaria grave.
La sala de emergencias del Hospital de Aweil está llena de pacientes, en su mayoría madres con niños menores de cinco años con malaria grave. © Isaac Buay

En los últimos tres meses, un alarmante número de niños y niñas que sufren malaria grave han sido ingresados ​​en el Hospital Estatal de Aweil, apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF), en el estado de Bahr el Ghazal Norte (NBeG), en Sudán del Sur. Los ingresos por malaria en la sala pediátrica comenzaron a aumentar en junio y, en septiembre, hasta 400 niños y niñas por semana ingresaban con malaria grave, más del doble en comparación con septiembre del año anterior.

“Cada año, hay un aumento de casos de malaria durante la temporada de lluvias en Aweil y llevamos a cabo actividades preventivas estacionales para decenas de miles de niños y niñas. Abrimos centros de prueba y tratamiento para que las personas puedan ser diagnosticadas y recibir tratamiento rápidamente, y establecimos una ‘sala de malaria’ dentro del hospital con 72 camas. Sin embargo, este año nos hemos enfrentado a una situación excepcional y el hospital ha estado completamente desbordado”, explica Mamman Mustapha, coordinador general de MSF en Sudán del Sur.

 

Son las 8:30 p. m. en el Hospital Estatal de Aweil y la sala de emergencias está repleta de pacientes, en su mayoría madres con niños menores de cinco años con malaria grave.
Algunas familias se ven obligadas a dormir en el suelo mientras los médicos trabajan incansablemente para atender a cada pacientecon malaria o paludismo. © Isaac Buay

 

“Aunque en septiembre ampliamos el número de camas en el pabellón de malaria a 94, no fue suficiente para hacer frente al aumento de admisiones, y muchos pacientes seguían siendo tratados en los pasillos”.

Solo en el último mes, hemos ingresado un promedio de 43 niños con malaria grave. La mayoría han necesitado transfusiones de sangre. Desde septiembre, hemos realizado un promedio de 14 transfusiones de sangre diarias por malaria, y en un momento dado ha habido una media de 140 niños ingresados en el hospital con paludismo grave. Son estadísticas terribles. No debería ocurrir que tantos niños y niñas acaben en el hospital con formas avanzadas de malaria cuando puede tratarse tan fácilmente en un dispensario.

Fuera del hospital, los casos de malaria también han aumentado y una de las razones principales es la llegada más temprana de las lluvias este año. Provocando inundaciones extensas durante muchos más meses de lo habitual. Más de un millón de personas se han visto afectadas por las inundaciones en Sudán del Sur este año, siendo eBahr el Ghazal Norte uno de los estados más afectados. Sin embargo, es el colapso casi total del sistema de atención primaria de salud en NBeG y la consiguiente falta de acceso a tratamientos para llevar a casa lo que ha llevado a que muchos más niños y niñas de lo habitual necesiten hospitalización para salvar sus vidas.

 

Un enfermero de MSF examina a Atak Daniel, de 2 años, con un estetoscopio mientras su madre lo tranquiliza. Nueva sala de malaria del Hospital Estatal de Aweil.
En la nueva sala de malaria del Hospital Estatal de Aweil, un enfermero de MSF examina a Atak Daniel, de 2 años. © Isaac Buay

 

En los últimos dos años, muchas clínicas de atención primaria de salud en Bahr el Ghazal Norte se han visto afectadas por recortes de financiación que las han dejado sin medicamentos y sin personal. Las reformas en curso en el sistema de financiación de la salud también significan que los suministros disponibles en el reducido número de instalaciones que permanecen abiertas se han agotado rápidamente en los últimos meses debido al aumento inesperado de casos de malaria y los retrasos en la reposición de las instalaciones.

“Aunque en las últimas semanas se han hecho esfuerzos para reponer los suministros en los centros de salud del Bahr el Ghazal Norte, los retrasos han costado vidas. Como la temporada de malaria aún no ha terminado, muchos más niños enfermarán y terminarán en el hospital a menos que se tomen medidas urgentes para mejorar el acceso de la población a un tratamiento sencillo”, explica Mustapha.

“La semana pasada, hemos añadido aún más camas al hospital para intentar reducir la congestión en los pasillos. Hemos abierto un séptimo centro de pruebas y tratamiento que funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Pero se necesitan muchos más centros de pruebas y tratamiento en las comunidades de mayor riesgo para que los niños y niñas puedan recibir tratamiento en el lugar antes de que su estado se deteriore y el tratamiento hospitalario se convierta en la única opción que permita salvarles la vida”, afirma Mustapha.

 

Personal de Médicos SIn Fronteras revisa a paciente pediátrico con malaria grave en la nueva sala de malaria del Hospital estatal de Aweil.
“La semana pasada, hemos añadido aún más camas al hospital para intentar reducir la congestión en los pasillos”, Mamman Mustapha, coordinador general de MSF en Sudán del Sur. © Isaac Buay

 

Este año, Sudán del Sur recibió sus primeras dosis de la vacuna contra la malaria R21. Esto marca un hito importante en la lucha del país contra la enfermedad. MSF estamos apoyando al Ministerio de Salud de Sudán del Sur en la distribución de esta vacuna. Tenemos la esperanza de que una mayor cobertura tenga un impacto significativo a la hora de ayudar a controlar los efectos de la enfermedad en los próximos años.

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