VIH/sida en Yemen: Combatir la discriminación

MSF Mediterranean Search and Rescue Operation I

“Caí enfermo justo después de casarme. Era el año 2006. Estaba trabajando en Arabia Saudita, fui al hospital y allí descubrí que era VIH-positivo. Lo primero fue el shock, no tenía información sobre la enfermedad y pensaba que todo el mundo me haría de lado”.

“Caí enfermo justo después de casarme. Era el año 2006. Estaba trabajando en Arabia Saudita, fui al hospital y allí descubrí que era VIH-positivo. Lo primero fue el shock, no tenía información sobre la enfermedad y pensaba que todo el mundo me haría de lado”.

“Pensaba que moriría en una semana y me preocupaban mi madre y mi mujer, que estaba en su quinto mes de embarazo. Mi mujer lo aceptó muy bien. Se hizo las pruebas para saber si estaba o no infectada. Yo planeaba darle la oportunidad de estar conmigo o dejarme si era negativa, pero no fue así, y ella dijo que viviríamos o moriríamos juntos”.

Abo-Mohaned* tiene 35 años y vive en Saná, la capital de Yemen. El VIH no es una gran epidemia en el país; la prevalencia estimada es de alrededor del 0,2% de la población. Sin embargo, las personas seropositivas tienen que hacer frente a la discriminación y la estigmatización, incluso en el caso de la comunidad médica. Abo-Mohaned lo ha vivido de primera mano: “Cuando llegó el momento del parto, fuimos a dos hospitales y en ninguno quisieron atender a mi mujer. La única solución fue llevarla a un tercer hospital sin decir que era VIH-positiva”.

El doctor Abdul Fattah trabaja en la Clínica de tratamiento del VIH/sida en el hospital Al-Gumhuri, el único punto donde se puede recibir tratamiento antirretroviral (ARV) en Saná y donde actualmente están en tratamiento aproximadamente 445 personas. Él mismo decidió dedicarse de lleno a combatir la enfermedad después de que un amigo muriera en casa solo, sin recibir asistencia médica, mientras estudiaba Medicina. “Después de aquello, tenía una motivo para empezar a leer sobre el VIH. Y cuando acabé mis estudios de Medicina, oí que existía esta clínica, vine y empecé a trabajar aquí”.

“El principal reto que tenemos es luchar contra la discriminación”, explica el Dr. Fattah. “Al principio, no admitían a las personas seropositivas en el hospital. Hemos presionado y hemos hecho formación para personal sanitario. Creemos que la situación ha mejorado un poco. Pero todavía hay médicos, médicos muy respetados, que tienen un ataque de pánico cuando oyen hablar del VIH”.

Además de la Clínica, existen cinco centros en Saná donde se ofrece asesoramiento y diagnóstico del VIH. Sin embargo, en los últimos meses no han tenido los test necesarios para diagnosticar el virus. Yemen cuenta con financiación del Fondo Mundial de la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria hasta el 2014. Sin embargo, estos fondos solo están destinados a asegurar la continuidad del tratamiento antirretroviral para las personas que ya lo han empezado. “Para la atención y el tratamiento, creo que ahora tenemos suficiente apoyo financiero pero otras actividades, especialmente sensibilización de la población, todavía necesitamos más. Nos faltan recursos para temas de asesoramiento y diagnóstico, especialmente en la prevención de la transmisión de virus de madre a hijo y tenemos que ampliar estos servicios”, explica el Dr. Adbulhammeed, responsable del Programa Nacional de Sida en Yemen.
Primer proyecto especifico de VIH/sida de MSF en un país árabe

Desde principios de año, MSF está trabajando en Saná para contribuir a reducir el estigma de las personas seropositivas y mejorar su acceso a una atención sanitaria de calidad. “La fuerte discriminación que sufren las personas seropositivas se traduce en un pobre acceso a los servicios de salud. La gente tiene miedo de cómo será tratada y a veces este temor está justificado”, afirma Sue Petrie, coordinadora del proyecto en Saná. “Nuestro objetivo es trabajar mano a mano con el Programa Nacional de Sida para apoyarles en las actividades que llevan a cabo y mejorar esta situación”.

“Supe lo que me ocurría tras la muerte de mi marido”, explica Um Abdul Rahman* una mujer seropositiva de 35 años. “Padezco el estigma de la persona más próxima a mí: mi padre. No quiso saber nada de mí cuando supo que era VIH-positiva. Me dijo que tenía que marcharme de casa y regresar a donde había contraído el VIH. Me abandono sin más”.

Um Abdul Rahman también tuvo que hacer frente al hecho de ser una mujer en un país gobernado por hombres: “Sí, por el hecho de ser una mujer fue más duro. Cuando descubrí que tenía el VIH, no tenía medios para mantener a mis hijas. De haber sido un hombre, hubiera podido encontrar un trabajo, cualquier trabajo”.

Según los datos oficiales, hay más casos de sida en hombres que en mujeres. Sin embargo, el Dr. Abdulhameed explica que los datos pueden ocultar el número real de casos entre las mujeres. “El número de casos registrados es mayor entre los hombres pero las mujeres también están afectadas por el VIH. Sin embargo, a veces, no tienen acceso a los servicios debido a muchas cosas, algunas de ellas relacionadas con el estigma y la discriminación, otras asociadas a la violencia contra las mujeres”, explica.

Um Abdul Rahman encontró apoyo en una de las asociaciones que existen en Yemen para apoyar a las personas seropositivas. “Me casé de nuevo. Ahora estoy casada y tengo cuatro hijas y un hijo”.

Estas asociaciones, como por ejemplo la Asociación AID o No Stigma luchan para apoyar a las personas con el virus y defender sus derechos. “Nuestra asociación fue fundada en 2007 por un grupo de jóvenes voluntarios que estaban preocupados por el sida. Creíamos que las personas afectadas eran estigmatizadas y se veían privadas de muchas cosas en su vida diaria, a nivel sanitario, social y legal”, afirma Abdulhafed Al-Ward, secretario general de la Asociación AID. Desde esta asociación se promueve el conocimiento de la enfermedad para evitar nuevas infecciones y también tienen cursos de formación y microcréditos para ayuda a las personas VIH-positivas con pocos recursos.

“Iniciativas como estas están ayudando a mejorar la situación de la personas afectadas por el VIH/sida”, afirma Petrie. “MSF quiere colaborar con estas asociaciones porque creemos que son gente comprometida que quiere mejorar el conocimiento que se tiene sobre la enfermedad y reducir el estigma y la discriminación. Este también es uno de nuestros objetivos: aumentar el conocimiento el VIH, reducir el estigma y la discriminación, y mejor el acceso. También queremos mejorar la atención que tienen este grupo de personas”.

  • Los nombres de los pacientes han sido cambiados para proteger su privacidad.
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