“Vinimos a Sudán en busca de seguridad, pero ahora estamos atrapados en otro conflicto”

MSF continúa brindando asistencia a la población refugiada en Sudán
Los niños, niñas y mujeres han sido particularmente vulnerables tras verse obligadas a huir de la violencia en sus países de origen hacia Sudán, como Stom Abdulrahman, que depende en gran medida de los servicios que MSF proporciona en el campo de Um Rakuba. ©MSF

El 15 de abril estallaron enfrentamientos en Sudán que afectaron a Jartum y otros estados, y dejaron a muchas personas en situaciones de amenaza para sus vidas.  

En medio de la violencia, Médicos Sin Fronteras (MSF) decidimos permanecer en Sudán y apoyar a quienes lo necesitan. Hemos estado brindando atención médica urgente a las personas heridas en el norte de Darfur, donando suministros médicos a los centros de salud, brindando atención médica en Jartum, continuando con la atención médica primaria y secundaria en Darfur Central y Occidental y en el estado del Nilo Azul y llevando a cabo actividades de emergencia en el estado de Al-Jazeera.  

El apoyo no termina aquí: desde MSF hemos mantenido nuestros esfuerzos para ayudar a las comunidades vulnerables, incluyendo a las poblaciones refugiadas de países vecinos que se han visto atrapadas en otra corriente de violencia. 

En el estado de Al-Gederaf, nuestros equipos continúan brindando atención médica a las personas refugiadas etíopes y a las comunidades locales en los campos para personas refugiadas de Tinedba y Um Rakuba. 

En los últimos años, en el campo de Um Rakuba, hemos ofrecido atención médica esencial, incluyendo servicios de salud sexual y reproductiva y de salud mental, además de derivaciones a centros de salud de nivel superior, promoción de la salud, tareas de abogacía y preparación ante emergencias. 

Debido a los recientes enfrentamientos, nuestras actividades en el terreno se han visto afectadas por problemas de suministro y, en consecuencia, los criterios de admisión se han restringido. El enfoque se ha desplazado hacia las actividades de emergencia para salvar vidas, principalmente en casos de pediatría, desnutrición y maternidad. 

MSF continúa brindando asistencia a la población refugiada en Sudán
Francesca Arcidiacono, jefa de misión de MSF en Sudán. ©MSF

 

“En Médicos Sin Fronteras estamos comprometidos a seguir brindando atención médica a las personas refugiadas y las poblaciones de acogida en el campo de refugiados de Um Rakuba. Acabamos de recibir noticias de nuevas llegadas a la zona y, por lo tanto, estaremos preparados para adaptar nuestra respuesta en función de las principales necesidades de la emergencia”, afirma Francesca Arcidiacono, jefa de misión de MSF en Sudán. 

“La semana pasada estuve en el campo y en el hospital. Al hablar con las personas refugiadas, quedó claro que tienen miedo por el futuro. Se sienten atrapadas, no pueden viajar. Mencionaron una reducción de las actividades humanitarias, escasez de suministros y mucha incertidumbre sobre lo que vendrá después”, concluye. 

Moulay Alm Asmlash es un padre de 53 años que llegó al campo de Um Rakuba en 2020 como refugiado. Padeció diabetes durante mucho tiempo y acudió al hospital de MSF para recibir tratamiento y medicamentos. Afortunadamente, encontró el tratamiento que necesitaba y, desde entonces, él y su familia han estado recibiendo tratamiento de forma constante por parte del hospital de MSF.

MSF continúa brindando asistencia a la población refugiada en Sudán
Moulay Alm Asmlash y su familia. © MSF

 

“El otoño pasado mi hija enfermó de malaria y recibió tratamiento de Médicos Sin Fronteras. Ahora, la mayoría de las organizaciones han dejado de trabajar y brindar servicios debido a la violencia y los enfrentamientos. Tenemos miedo. Huimos a Sudán a causa de la guerra, pero ahora la situación también es difícil. Siempre pienso en mi tratamiento y temo que MSF se vea obligada a abandonar el campo debido a estas circunstancias violentas. No puedo permitirme comprar medicamentos, somos pobres”. 

Sudán acoge a más de un millón de personas refugiadas de países vecinos, como Sudán del Sur y Etiopía, que huyeron de la violencia y buscaron refugio. Desafortunadamente, ahora se encuentran atrapadas en medio de otro conflicto que dificulta aún más su capacidad para salir adelante. 

Los enfrentamientos en curso han dado lugar a una crisis de desplazamiento, que se suma a las dificultades de las comunidades en circunstancias vulnerables que necesitan asistencia humanitaria. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el número de personas internamente desplazadas se duplicó en una semana hasta alcanzar los 700,000 en total. Se suman a alrededor de 3,7 millones de personas que ya estaban desplazadas en Sudán antes de la crisis actual. 

“Cuando comenzaron los enfrentamientos en Jartum, en la mayoría de los estados de Sudán se interrumpieron todos los suministros de medicamentos, productos alimenticios y fármacos, así como de alimentos. Como consecuencia, hubo escasez de productos petrolíferos, medicamentos y alimentos procedentes del estado de Jartum. También se registró un gran desplazamiento de muchas familias que vivían en Jartum a otros estados, incluido Al Gedaref, lo que aumentó la presión sobre las instituciones médicas y sanitarias, además de la subida de precios y la inflación en el mercado”, explica Mohamed Omar Mohamed, coordinador de proyectos de Médicos Sin Fronteras en el campo de refugiados de Um Rakuba 

Los niños, niñas y mujeres han sido particularmente vulnerables tras verse obligadas a huir de la violencia en sus países de origen hacia Sudán, como Stom Abdulrahman, que depende en gran medida de los servicios que MSF proporciona en el campo de Um Rakuba. 

“He sufrido mucho al ir a algunos hospitales para recibir tratamiento, especialmente porque no podemos pagar los costos. Fui al hospital de Médicos Sin Fronteras en el campo de Um Rakuba y recibí tratamiento y atención médica (exámenes, consultas y medicamentos). Todos nuestros vecinos llevan a sus hijos e hijas al hospital de MSF. El equipo de promoción de la salud de MSF me visita regularmente y me brinda información sobre limpieza, saneamiento ambiental y prevención de enfermedades. Les agradezco a todos por ayudarme a mí y a mi esposo a recibir tratamiento”, explica. 

En todo Sudán, las instalaciones que Médicos Sin Fronteras apoyamos continúan brindando atención médica en El Fasher, Darfur del Norte, en Kreinik, Darfur Occidental, en Rokero y Zalingei, Darfur Central, en Um Rakuba y Tinedba, estado de El-Gedaref, en Ad-Damazin, estado de Nilo Azul y el estado de Al-Jazeera.  

También hemos realizado donaciones a centros de salud en Jartum, gestionamos clínicas móviles y distribuimos kits de higiene, alimentos básicos y artículos de primera necesidad en Wad Madani. Actualmente, seguimos trabajando para ampliar nuestra respuesta para apoyar a la población afectada. 

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