Yemen: La necesidad de apoyo de salud mental en Marib

En este texto, Hasina Nouroj, responsable de actividades de salud mental de MSF en Marib (Yemen) habla sobre la situación de sus pacientes en esta región.

Por Hasina Nouroj, responsable de actividades de salud mental en Marib.
 
Asifa, de 29 años, vive con su esposo y sus cinco hijos en un campo para personas internamente desplazadas. La primera vez que buscó nuestra ayuda, acudió a mí llorando mucho, sintiéndose triste y frustrada, incapaz de poder hacer las tareas de la casa o cuidar a sus hijos. Me explicó que sus síntomas comenzaron después de su desplazamiento. Ahora viven hacinados en una tienda de campaña y carecen de todas las necesidades básicas. Lo que también fue muy frustrante para ella es el deterioro de la relación entre ella y su esposo.
 
“Después del desplazamiento, se enojó mucho, y siempre descarga su ira sobre mí y los niños. También se volvió muy desconfiado con todo. Perdió el control sobre la familia; no nos provee. Cree que ya no lo escuchamos”, dijo.
 
Asifa expresó que, sin lugar dónde vivir, sin esperanza para el futuro, sin alimentos para sus hijos y con un esposo que la golpea, es mejor estar muerta.
 
La de Asifa y su esposo no es la única historia de este tipo en Marib. Hay miles de personas vulnerables en el campo que se ven afectadas por el miedo, el desplazamiento, los problemas económicos y la privación de sus medios de vida. Estas cosas y más afectan directamente su salud mental. No tienen alimentos, ropa para vestir o lugares seguros para vivir con sus hijas e hijos. Esto tiene efectos negativos en su salud física y mental.
 
Los trastornos en el sistema familiar es otro de los factores importantes que afecta la vida de las personas en el campo. Alrededor del 50% de las mujeres que acuden a consultas individuales en las clínicas móviles de Médicos Sin Fronteras (MSF), afirman que sus problemas de salud mental están empeorando por problemas familiares. Sus esposos se comportan de forma comparativamente más controladora o las descuidan y abandonan después del desplazamiento. Los hombres también acuden a nosotros con muchas quejas; la más llamativa es que no pueden ejercer su papel tradicional en la familia como único sostén de la misma, lo que afecta su salud mental.
 
 
 
 
La falta de medios para cubrir las necesidades básicas y la discordia familiar no son las únicas razones por las que las personas acuden a las consultas de salud mental. La pérdida de familiares y seres queridos durante el conflicto, el temor de que éste vuelva a estallar en cualquier momento, hace que muchos de nuestros y nuestras pacientes se sobresalten, anticipando un desastre.
 
Según las y los pacientes, trabajar en la línea del frente es la única forma de ganar dinero y sobrevivir en estos días. Por eso los hombres eligen trabajar allí. Muchas de las mujeres que acuden a nosotros tienen seres queridos en la línea del frente. Viven en constante preocupación y temor de perderlos en cualquier momento. La incertidumbre y el miedo contribuyen a varios problemas de salud mental, como la depresión, los trastornos del sueño y los trastornos de ansiedad.
 
Los síntomas de estrés postraumático no son infrecuentes entre nuestras y nuestros pacientes. La mayoría acuden a nosotros con estas terribles imágenes sobre lo que sucedió en el conflicto, pesadillas y latidos cardíacos acelerados cuando alguien menciona la línea del frente. Intentan en la medida de lo posible evitar cualquier cosa que les recuerde lo sucedido. Estos síntomas son más intensos en las mujeres que aún tienen a sus seres queridos en el campo de batalla.
 
La guerra y el desplazamiento interno afectaron la estructura social y el sentido de comunidad en el campo, donde hay personas que vienen de diferentes partes de Yemen. El 70% de quienes acudieron a las consultas individuales de salud mental en las clínicas de MSF (de noviembre de 2020 a noviembre de 2021) informaron que los factores desencadenantes de sus problemas de salud mental eran problemas relacionados con el desplazamiento. La falta de apoyo comunitario y de recursos comunitarios tradicionales hace que las personas se sientan frustradas y desesperanzadas, lo que les dificulta hacer frente a su situación actual.
 
Samira*, de 17 años, es una migrante de Etiopía que vive en un campo. Un médico de MSF derivó a Samira para que recibiera asesoramiento sobre salud mental al notar síntomas de angustia psicológica. Hace seis meses, Samira dejó a su familia en Etiopía y comenzó su viaje para llegar a Arabia Saudita y encontrar un trabajo. En su camino a Yemen, sufrió violencia sexual y física. Ahora Samira está atrapada en Marib, en una pequeña tienda de campaña con más de 20 mujeres. No tiene dinero para comprar alimentos ni ropa de abrigo, y no tiene forma de comunicarse con su familia. Samira dice que se siente “inútil y no ve ninguna esperanza” en su vida. Está triste y angustiada la mayor parte del tiempo, y se mantiene sola y aislada de otras personas.
 
Muchas personas migrantes como Samira pasan por Yemen en su camino a Arabia Saudita. Son objeto de contrabando y, por lo general, enfrentan violencia física y sexual durante su viaje. Actualmente viven en Marib, una ciudad en la línea del frente donde enfrentan diferentes tipos de violencia. También luchan por acceder a las necesidades humanas físicas básicas, como alimentos, ropa y un refugio seguro para sobrevivir. La salud mental no es una prioridad para la mayoría. Su mayor preocupación es llegar a Arabia Saudita para encontrar trabajo y ayudar a sus familias a tener un futuro mejor.
 
La mayoría de las personas migrantes llegan a las clínicas de salud móviles de MSF con problemas físicos. Personal médico, de enfermería de triaje, y las y los trabajadores comunitarios de salud mental de MSF que trabajan en clínicas móviles derivan a las personas a consejeros de salud mental después de identificar síntomas de angustia psicológica.
 
Entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021, las y los consejeros de salud mental de MSF brindaron 265 consultas individuales para migrantes, el 76 % (84% de los hombres, 68% de las mujeres) padecía problemas relacionados con la ansiedad de moderados a graves. Sus síntomas de ansiedad incluían problemas para dormir, pesadillas, preocupación excesiva y recuerdos, sintiéndose inquietos y tensos la mayor parte del tiempo. Por otro lado, el 32% padecía síntomas depresivos junto con pensamientos suicidas. Los hombres experimentaron más problemas de comportamiento, como agresividad y tendencia al aislamiento.
 

La salud mental, un ejemplo común de un problema de salud crítico pero descuidado en una zona de guerra

La necesidad de atención médica y apoyo a la salud mental en Marib es visiblemente alta. Es una de las áreas más descuidadas de la atención sanitaria en general en Yemen. No existen servicios especializados de salud mental o atención psiquiátrica en la ciudad. La falta de conciencia, las normas culturales y sociales y el estigma que rodea a los problemas de salud mental a menudo impiden que las personas busquen apoyo. El ambiente del campo hace que las familias sean más conservadoras, lo que restringe la libertad de movimiento de las mujeres. Ellas no buscan ningún servicio a menos que sea una emergencia. Pueden acudir para una sola sesión, pero es muy difícil hacer un seguimiento.
 
 
El apoyo a las pacientes migrantes siempre es un reto, ya que sus contrabandistas, que gestionan el viaje desde África a Arabia Saudita, a menudo viven con ellas y las acompañan a todas partes. Las mujeres en esta situación no tienen acceso a teléfonos móviles y las visitas domiciliarias de nuestros trabajadores comunitarios de salud mental no son posibles. No se les permite hablar con la gente si no hay una emergencia médica. En cuanto a los hombres migrantes, vienen solo por problemas de salud física, el resto del tiempo trabajan en condiciones inhumanas durante largas horas para sobrevivir.
 
En Marib hay alrededor de dos millones de personas, residentes, desplazadas internamente y migrantes. MSF es la única organización que brinda asesoramiento y atención psiquiátrica a través de su personal médico capacitado en ocho ubicaciones diferentes en Marib. Nuestros equipos también trabajan con la comunidad para compartir información y crear conciencia sobre los síntomas de los problemas de salud mental, el manejo del estrés y dónde pueden buscar ayuda. El personal de MSF ayuda a las personas a acceder a los servicios básicos para su sobrevivencia y seguridad. MSF no puede atender por sí sola las abrumadoras necesidades de salud mental de la población en Marib. Hay muchos otros como Asifa y Samira que necesitan apoyo.
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