MSF y otras organizaciones piden el fin del injustificado monopolio de Gilead en Europa del medicamento contra la hepatitis C

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Out of Darkness- fighting Hepatitis C

La especulación de precios para el sofosbuvir por parte de Gilead excluye a millones de personas del tratamiento

La especulación de precios para el sofosbuvir por parte de Gilead excluye a millones de personas del tratamiento
 
Múnich / París  11 de septiembre de 2018.- Esta semana, la Oficina Europea de Patentes (OEP) con sede en Múnich celebrará una audiencia pública para abordar el recurso presentado en marzo de 2017 por organizaciones de 17 países contra la patente del sofosbuvir. Esta patente no justificada permite a la corporación farmacéutica estadounidense Gilead Sciences cobrar precios desorbitados en Europa por este fármaco clave para tratar la hepatitis C. Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras y Just Treatment son algunas de las asociaciones de pacientes y organizaciones proveedoras de tratamiento que impugnaron la validez de una patente de Gilead para el sofosbuvir porque no cumple los requisitos para ser un invención patentable desde una perspectiva legal o científica. Estas instituciones han instado hoy a la OEP a reconsiderar la decisión que otorga a Gilead este monopolio. Los días 13 y 14 de septiembre, la OEP celebrará una audiencia pública para tomar una decisión sobre el caso.
 
Si la oposición a la patente sala adelante, se habrá dado un paso importante para permitir la producción e importación de versiones genéricas asequibles de sofosbuvir en Europa. De esta forma, se protegerá a los sistemas de salud de cargas financieras ilegítimas causadas por los abusivos precios que fijan las empresas.
 
Los precios extremadamente altos en Europa de los nuevos medicamentos contra la hepatitis C –denominados antivirales de acción directa o AAD– han llevado a las organizaciones de la sociedad civil a investigar y, posteriormente, oponerse al monopolio y la legitimidad de tales patentes.
 
“Durante tres agónicos años he estado esperando para poder recibir el sofosbuvir, un medicamento por vía oral vital contra la hepatitis C”, explica Clare Groves. Clare, paciente y líder de Just Treatment, superó la hepatitis C tras ser tratada en el Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) del Reino Unido. El NHS se vio obligado a racionar la administración de fármacos por el precio tan desorbitado. “Mi médico no paraba de repetirme que estaba enferma, pero no lo suficientemente como para ser elegida para recibir tratamiento en el sistema sanitario público. No quiero que se les deniegue el tratamiento con sofosbuvir a otras personas porque el precio sea exagerado, así que seguiré luchando para que puedan acceder a la cura para la hepatitis C”.
 
La Organización Mundial de la Salud calcula que en la región europea hay 15 millones de personas –aproximadamente 1 de cada 50 habitantes– infectadas de forma crónica de hepatitis C, lo que provoca unas 112,500 muertes al año por cáncer de hígado y cirrosis. La llegada de los fármacos AAD, que ofrecen una cura más efectiva, segura y en menos tiempo frente a los tratamientos anteriores, ha supuesto un logro terapéutico en la lucha contra la hepatitis C, con tasas de curación superiores al 90%, frente al 50% anterior. A pesar de que el sofosbuvir es la piedra angular de la mayoría de los tratamientos combinados para la hepatitis C, el acceso universal a estos nuevos tratamientos sigue siendo limitado a causa de los altos precios. Esto obliga a muchos gobiernos y proveedores del tratamiento a racionar la administración del fármaco y limitar el acceso solo a los pacientes con la enfermedad en fase avanzada.
 
Gilead cobra en Europa hasta 43,000 euros por persona y régimen de tratamiento de 12 semanas. Mientras tanto, en países donde no hay patente para el fármaco, la competencia entre los productores de genéricos ha abaratado el precio a solo 52 euros por el mismo ciclo de tratamiento. Diferentes estudios han demostrado que el coste de fabricación por pastilla diaria es de 0,50 euros.
 
“Las barreras económicas para acceder a los medicamentos y a la asistencia sanitaria se han convertido en un desafío para los países europeos de altos ingresos. Puesto que la razón por la que los precios son tan elevados son las patentes no justificadas –señala Olivier Maguet, director de la Campaña de Médicos del Mundo sobre el precio de los medicamentos– ha llegado la hora de oponerse a las patentes injustas en Europa”.
 
Si bien los precios elevados de los medicamentos son un problema de sobra conocido en muchas partes del mundo, el reciente incremento de los costes de los AAD ha hecho que Europa preste atención al impacto que tienen los monopolios en los presupuestos sanitarios y en el acceso de las personas a muchos otros medicamentos esenciales. Se han presentado recursos legales contra las patentes de sofosbuvir y otros AAD en varios países, y se ha conseguido que se revoquen las patentes de sofosbuvir en Egipto, China y Ucrania. En otros países, como en Argentina, Brasil, India, Rusia y Tailandia, están pendientes de resolución.
 
“Cada día, MSF es testigo de primera mano de cómo los monopolios sobre los medicamentos impiden que las personas accedan a medicamentos que salvan vidas”, afirma Gaelle Krikorian, responsable de Políticas de la Campaña de Acceso a medicamentos de MSF. “MSF solo pudo ampliar el acceso al tratamiento de hepatitis C en países como Camboya e India una vez que estuvieron disponibles medicamentos genéricos de calidad. Ya es hora de que la Oficina Europea de Patentes y las oficinas de patentes de todo el mundo apliquen un mayor escrutinio cuando conceden monopolios sobre los medicamentos, considerando el impacto negativo que las patentes no justificadas tienen en la salud de las personas. Revocar la patente de Gilead supondría el fin del monopolio de esta empresa en Europa, y permitiría que los países accedieran al sofosbuvir a precios asequibles a través de productores de genéricos. Asimismo, enviaría un mensaje muy claro a otros países para que se opongan a las patentes no justificadas cuando lo que está en juego es la salud y supervivencia de las personas”.
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