¿Por qué las personas que viven con VIH siguen muriendo de SIDA en India?

Es inaceptable que las personas que viven con VIH sigan muriendo porque no se dispone de las pruebas, el tratamiento y la atención para las infecciones mortales.

Por Leena Menghaney, de la Campaña de Acceso de MSF en India. 

 
Ayer, 1 de diciembre, fue el Día Mundial del SIDA, y se cumplieron cuatro décadas desde que enfermedades misteriosas comenzaron a cobrarse las vidas de las personas,  ahora sabemos que se deben al virus del VIH, que reduce drásticamente las defensas inmunológicas del cuerpo. A principios de este siglo, las enfermedades relacionadas con el SIDA (como todas las formas de tuberculosis , neumonía por pneumocystis en los pulmones, meningitis criptocócica, una infección fúngica dolorosa del cerebro) a menudo se presentaban entre pacientes que desconocían su estado serológico por la falta de disponibilidad de pruebas de detección de VIH y tratamientos antirretrovirales. Más de 36 millones de personas han muerto por enfermedades relacionadas con el SIDA desde el inicio de la epidemia.
 
A medida que el VIH entra en su quinta década, gobiernos como el de India han logrado avances considerables en el acceso a las pruebas y la terapias antirretrovirales (TAR), un cóctel de medicamentos antivirales que suprimen el virus, para las personas que viven con VIH. Sin embargo, sabemos que India perdió casi 60,000 personas que vivían con VIH en 2019, y existe la preocupación de que estas cifras puedan ser más altas a medida que la pandemia de COVID-19 socava el progreso con los bloqueos y llevando a los sistemas sanitarios al límite.
 
El SIDA sigue siendo una crisis y la COVID-19 la está empeorando, asevera Winnie Byanyima del Programa de las Naciones Unidas sobre el VIH y el SIDA (ONUSIDA). De acuerdo con UNICEF, en 2020 murieron 120,000 niños y niñas por causas relacionadas con el SIDA, es decir, un niño o niña cada cinco minutos.
 
Mientras India se recupera de la pandemia, el Día Mundial del SIDA brinda la oportunidad de evaluar la respuesta a la continua mortalidad debida al SIDA. Si bien ha habido una reducción de las muertes relacionadas con el sida desde 2004, el progreso se ha estancado en los últimos años, poniendo de manifiesto que una ampliación de las pruebas y tratamientos antirretrovirales por sí solos no es suficiente para acabar con el SIDA.
 
¿Podemos hacer lo que sea necesario para evitar que las personas mueran de SIDA? Tal vez, pero solo si prestamos más atención a las personas que corren mayor riesgo de morir. Un tercio de las personas que viven con VIH se vinculan a los programas de VIH cuando su sistema inmunológico ya está comprometido (recuentos de células CD4 de menos de 200 células/mm), lo que las hace vulnerables a las infecciones.
 
También hemos visto que las personas que viven con VIH y reciben tratamiento antirretroviral desarrollan resistencia a su régimen y se vuelven vulnerables a infecciones bacterianas y fúngicas que ponen en peligro sus vidas, las principales causas de hospitalización y muerte en la comunidad.
 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los programas de VIH identifiquen a las personas con riesgo de padecer la enfermedad avanzada del VIH (término técnico para el SIDA) para ofrecer un paquete de prevención, pruebas y tratamiento de las principales enfermedades mortales relacionadas con la enfermedad avanzada del VIH o SIDA.
 
Sin embargo, varios años después de la recomendación, las pruebas de detección, la prevención y los tratamientos para estas infecciones potencialmente mortales (ahora reconocidas como signos mortales de enfermedades relacionadas con el SIDA), todavía hacen falta en los programas de VIH en países con una alta carga de la enfermedad, como la India.
 
Una reciente visita al centro médico de Médicos Sin Fronteras (MSF), que ofrece servicios de hospitalización a personas con VIH en estado avanzado -muchas de las cuales han sido rechazadas de otros centros de salud debido al estigma- me alarmó. Fui testigo de primera mano de cómo las personas seropositivas de India necesitaban urgentemente cuidados críticos debido a graves infecciones fúngicas y bacterianas, al igual que ocurrió durante el apogeo de la pandemia de SIDA hace casi dos décadas. 
 
La pandemia de COVID-19 no debe ser una excusa para desviar la atención del VIH. El VIH no es un virus fácil de vencer y no podemos ser complacientes en nuestra respuesta a la epidemia.
 
ONUSIDA espera que los gobiernos reduzcan el número de personas que mueren a causa del VIH / SIDA a 250,000 para 2025, pero el progreso se ha estancado en los últimos años y no puede suceder sin poner un salvavidas a las personas con VIH avanzado.
 
En India, se necesitan modelos de atención que se adapten a las personas que presentan (y vuelven a presentar) una enfermedad avanzada del VIH. Como activistas del tratamiento, debemos abogar con el programa del VIH para aumentar el acceso a las pruebas en el punto de atención y a los nuevos medicamentos para prevenir el desarrollo de las dos principales causas de mortalidad entre las personas que viven con el VIH en India: la tuberculosis y la meningitis criptocócica.
 
Sin embargo, lo más importante es que necesitamos la voluntad política del programa del VIH (Organización Nacional de Control del SIDA) para reducir el número de muertes entre las personas que viven con VIH y tomar las medidas necesarias para acabar con el SIDA. 
 
 
 
Leena Menghaney es una abogada que ha contribuido a la investigación y redacción de la Ley sobre el VIH/SIDA, y es actualmente integrante de la Coalición de Lucha contra el SIDA (FAC) y trabaja para la Campaña de Acceso de Médicos Sin Fronteras en India. 
 
Este artículo de opinión fue publicado originalmente en The Quint el 1 de diciembre de 2021.
 
 

 

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