Yemen: “En un día promedio, en Taiz escuchamos cinco explosiones por minuto”

Arunn Jegan es un coordinador de proyecto originario de Australia que ha trabajado con Médicos Sin Fronteras desde 2016. Colaboró con MSF en Cox’s Bazar, Bangladesh, y recientemente comenzó una misión con la organización en Taiz, Yemen.

 
Arunn Jegan es un coordinador de proyecto originario de Australia que ha trabajado con Médicos Sin Fronteras desde 2016. Colaboró con MSF en Cox’s Bazar, Bangladesh, y recientemente comenzó una misión con la organización en Taiz, Yemen. 
 
Acabo de llegar a Taiz, Yemen, donde brindamos apoyo a varios hospitales en ambos lados de las líneas de combate. Aunque leí sobre la precariedad de la situación en los medios antes de venir, en mi primera semana me di cuenta de qué tan desesperada es la situación y cuántas dificultades enfrenta la población diariamente.
 
El 24 de enero de 2018, cuando llegué a Taiz, la violencia aumentó en todas las líneas de combate de la ciudad. Los últimos días han sido extremadamente difíciles. Lamentablemente, esta es la vida cotidiana de las personas aquí. En los últimos tres días hemos atendido a más de 117 heridos de guerra y la cifra sigue creciendo mientras hablamos. 
 
Al intensificarse el conflicto, las salas de urgencias y los quirófanos estaban llenos de personas heridas. Recibieron aproximadamente a 70 pacientes en un solo día. Atendimos a personas con heridas provocadas por balas, metralla y minas terrestres; fue difícil llegar y enfrentarme a esta escena. El personal del hospital ha estado trabajando continuamente estos últimos días, algunos de ellos con muy poco descanso, mientras intentan estabilizar a los heridos. Algunos lograron sobrevivir y otros no; fue difícil observar las escenas de desesperación. Las peticiones por donaciones de sangre y bolsas para cadáveres que llegaban al hospital me hicieron caer en cuenta de la dura realidad que han vivido las personas en Taiz durante años. 
 
Una madre de cinco nos contó que su hijo menor, de 16 años, fue herido por una metralla mientras jugaba fútbol. Tuvo que vender sus joyas para pagar el transporte, joyas que estaba guardando para el futuro de sus hijos; nunca hubiera pensado que tendría que usarlas para salvar sus vidas. Eventualmente, su hijo logró llegar a nuestras instalaciones y ahora se encuentra estable. 
 
Hay enfrentamientos constantes en Yemen desde la escalada del conflicto en 2015. Desafortunadamente, la situación no ha mejorado mucho desde que fueron disparadas las primeras balas, hace tres años. Las personas en la ciudad son cautelosas para salir de sus casas, pero nuestro personal está comprometido a atender a los heridos y llegan con determinación a la oficina. Me enorgullece trabajar con ellos. 
 
Escucho los continuos sonidos de los disparos y bombardeos en las líneas de combate, que están demasiado cerca de nuestras instalaciones médicas. Esto pone una presión extra sobre el personal, tanto física como mental. Esta semana, en un día común, escuchamos en promedio unas cinco explosiones por minuto.  Hakim, uno de los integrantes de nuestro equipo, le dijo a sus hijos que se quedaran dentro de la casa y no salieran. Pero su hija le preguntó: “Entonces, ¿a dónde vas todos los días?”. Este tipo de historias te dan una idea de los desafíos diarios y la urgencia de la situación. 
 
Me preocupa el aumento de las necesidades médicas y la seguridad de todo el personal médico y las instalaciones sanitarias. MSF realiza repetidos llamados a todas las partes involucradas a respetar nuestro trabajo manteniendo a las instalaciones médicas seguras y garantizando el acceso de todos aquellos que necesitan atención médica; adicionalmente, que respeten nuestro mandato de neutralidad e imparcialidad y que nuestros servicios médicos están disponibles para todos los heridos independientemente de su afiliación. Al mismo tiempo, espero que otros actores humanitarios reconozcan las necesidades –específicamente en Taiz, y de forma general en Yemen – y comiencen a incrementar la ayuda humanitaria en estas zonas. Actualmente, Taiz es una de las zonas de conflicto más intensas en el país y las necesidades humanitarias son demasiadas. 
 
MSF sigue siendo una de las pocas organizaciones médicas en Taiz. Para Médicos Sin Fronteras, el conflicto y las grandes necesidades humanitarias son las principales razones para estar presentes en el país; la organización sigue comprometida a trabajar en Yemen y apoyar a la población. 
 
MSF trabaja desde hace 2 años en ambos lados de las líneas de combate en Taiz. Los enfrentamientos actuales nos hicieron caer en cuenta, otra vez, de lo importante que es estar presente en este lugar específico.
 
 
 
 
 
 
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