Honduras: desafíos y estrategias para cubrir las brechas en salud mental

Uno de nuestros psicólogos conversando con una persona migrante en la estación de buses de Danlí. © Laura Aceituno

La población hondureña históricamente ha sido afectada por múltiples factores de violencia, pobreza, catástrofes naturales y las secuelas de la pandemia de COVID-19 que han generado un grave impacto en la salud física y mental en la población. Esta problemática no es nueva y desde hace 10 años Médicos Sin Fronteras (MSF) en Honduras trabaja para atender a las poblaciones con mayores necesidades con un énfasis en salud mental.

Desde 2016, los equipos de salud mental de MSF han realizado más de 21,000 consultas por casos de violencia. El 80% de las víctimas atendidas fueron mujeres y el 34% fueron menores de edad. El 40% de las personas atendidas fue víctima de una violación y también se identificaron 6,174 víctimas de violencia, 2,662 víctimas de violencia sexual y 3,512 personas que sufrieron otras situaciones de violencia.

MSF ha atestiguado de primera mano las consecuencias negativas que estos hechos generan en la salud mental de las personas. Además de estos impactos, tampoco hay capacidad de respuesta para atenderlos. Las únicas cifras existentes indican que hasta el 2017 en el sistema de salud mental de Honduras por cada 100,000 habitantes la población cuenta con 0.62 psicólogos, 0.66 psiquiatras, 0.01 psiquiatras en pediatría y 0.23 trabajadores sociales.

En vista a estos vacíos, en 2022 MSF presenta el reporte “Salud Mental en Honduras: Desafíos y estrategias para cubrir las brechas” a las autoridades sanitarias de la Mesa Interinstitucional de Salud Mental. En este documento se enuncia que la salud mental es un derecho fundamental y en Honduras demanda de una atención inmediata que requiere de esfuerzo para confrontar estas necesidades urgentes.

“Consideramos que se deben establecer compromisos por parte del gobierno en temas de salud mental, por ello aprovechamos este espacio para hacer ese énfasis a través de este reporte. Es importante abrir espacios de atención en el sistema de salud público de primer nivel, que sean descentralizados y que se ofrezca más apoyo técnico a los profesionales de salud no especializados en salud mental. Creemos que el impulso de programas de promoción, prevención y acceso a la atención psicológica, en particular a nivel comunitario, sería favorable para reducir esas brechas en salud mental que hemos identificado en los últimos años”, señala Jorge Armijo, gestor de actividades de salud mental de MSF en Tegucigalpa.

En todos los países del mundo existe la brecha en salud mental. En Honduras, la pandemia de la COVID-19 evidenció el vacío de la atención en salud mental y obligó a comprender su importancia como un servicio prioritario en los sistemas de salud. Sin embargo, esta temática sigue siendo estigmatizada y no es vista como una prioridad.

Conscientes del impacto de la pandemia y las brechas existentes, en Tegucigalpa MSF respondió a la pandemia de COVID-19 en 2021 con atención psicológica a través de llamadas telefónicas a personas afectadas con síntomas asociados a la enfermedad del coronavirus. Entre mayo y agosto de ese año, el equipo atendió un total de 1,055 llamadas, de las cuales el 75% correspondió a pacientes mujeres. Entre los diagnósticos prevalentes se identificaron estrés agudo (44%), proceso de duelo (16%), ansiedad generalizada (13%), depresión (10%) y trastorno de estrés postraumático (5%).

“Así como se evidenció durante la pandemia, hay otras vulnerabilidades en la población y estas no cesan. Hemos descrito en este reporte diferentes estrategias y alternativas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud -OMS-, como el programa de acción para la brecha en salud mental, con el cual hemos comenzado a trabajar desde 2017. Actualmente estamos realizando un piloto con la Secretaría de Salud en Tegucigalpa y Cortés para atender a las necesidades complejas y urgentes de acceso a servicios de salud mental, sobre todo a nivel comunitario y para casos de violencia sexual”, agrega Armijo

En octubre del 2008, la OMS presentó el programa de acción para la brecha en salud mental o mhGAP (por sus siglas en inglés), el cual tiene como objetivo el facilitar las intervenciones por parte de personal no especializado en psiquiatría para la prevención y el tratamiento de trastornos mentales. Este mismo programa ha probado su eficacia al mejorar el acceso y el aumento de las intervenciones, por lo que es importante que el programa mhGAP se implemente en centros de salud de primer nivel en todo el país, con inversión en recursos humanos y medicamentos, para que toda la población tenga acceso a una atención en salud mental de calidad en su propia comunidad.

En el nuevo reporte, MSF insiste en que no hay salud sin salud mental y la atención en esta rama debe de ser un derecho, donde la población debe tener acceso a servicios integrados de manera equitativa y descentralizada. De igual manera, Médicos Sin Fronteras reitera su interés y disponibilidad para apoyar en el proceso, preparación, formación y acompañamiento en el desarrollo de capacidades institucionales para el fortalecimiento del servicio público para reducir las brechas anteriormente mencionadas.

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