MSF y la población Rohingya 1992-2014

Este estudio de caso “MSF y la población Rohingya 1992-2014′ resalta dos décadas del trabajo de abogacía de MSF como parte de su asistencia humanitaria a esta población en Bangladesh y Myanmar, y explora las preguntas y dilemas de nuestra organización al enfrentarse a la necesidad de hablar públicamente del tema.

How far can MSF push negotiations for access with a regime that detains MSF staff members?

La población Rohingya vive en el estado de Rakhine (previamente, Arakan), ubicado en la costa oeste de Myanmar (previamente 'Unión de Burma) con frontera al norte con Bangladesh. Los apátridas Rohingyas son principalmente una minoria indoaria musulmana en un país mayoritariamente budista. Desde finales de los 70's, han huido de la persecusión y la violencia para buscar refugio en Bangladesh. 

Este estudio de caso MSF y la población Rohingya 1992-2014 resalta dos décadas del trabajo de abogacía de MSF como parte de su asistencia humanitaria a esta población en Bangladesh y Myanmar, y explora las preguntas y dilemas de nuestra organización al enfrentarse a la necesidad de hablar públicamente de la situación de esta población.

Entre estas limitaciones, preguntas y dilemas experimentados por MSF se incluyen:

 

  • Bajo un régimen autoritario, ¿debería MSF mantener una presencia médica que permita recolectar información para posibles posicionamientos públicos, a la vez que impone un silencio en su comunicación por miedo a perder acceso a esta población? Surgen dos opciones sobre la salud pública y el "temoignage" o testimonio: el abandono de pacientes cuyas vidas dependen del tratamiento de MSF (como cohortes de pacientes con VIH/SIDA), para hablar públicamente contra la persecución de una población como la Rohingya; o el abandono de una población perseguida por medio del silencio, o al no brindar un testimonio público de su difícil situación a pesar del mantenimiento de una presencia operativa y recolección de datos que dan fe de su sufrimiento.
  • Cuando no se dispone de datos puramente médicos o los datos disponibles no vinculan directamente el estado de salud con la persecución, ¿debería MSF denunciar la persecución basándose en datos que describen violaciones de derechos humanos? ¿Esto pone en riesgo la credibilidad de la organización como un ente médico y humanitario? Si es así, ¿debería MSF permanecer en silencio públicamente para mantener la credibilidad y el acceso a esta población? ¿Hay casos en los que el silencio aumenta el acceso con el tiempo? Si la credibilidad de MSF no está en juego y no se puede establecer un vínculo directo entre el estado de salud y la persecución, ¿qué otras circunstancias podrían o ​​pueden justificar que MSF se abstenga de denunciar violaciones de derechos humanos?
  • Cuando MSF accede a trabajar simultáneamente en clínicas "étnicamente exclusivas" para demostrar su imparcialidad, como las clínicas para la población Rohingya vulnerable que se encuentra separada de la población más grande de Rakhine, ¿es MSF cómplice de las políticas de segregación? Al hacerlo, ¿MSF refuerza las políticas del régimen de detención étnica y la vida de estas personas en los campos?
  • ¿Hasta dónde puede MSF impulsar las negociaciones para tener acceso a esta población, con un régimen que detiene a integrantes del personal de MSF?

 

Haz click aquí para leer el texto completo (en inglés).

Compartir