Yemen: Atención médica bajo asedio

Médicos Sin Fronteras (MSF) publicó hoy un informe sobre la atención médica durante tiempos de guerra. El reporte se enfoca en el impacto que ha tenido el conflicto armado en Taiz, la tercera ciudad más grande de Yemen.

Amsterdam/Taiz – La organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) publicó hoy un informe sobre la atención médica durante tiempos de guerra. El reporte se enfoca en el impacto que ha tenido el conflicto armado en Taiz, la tercera ciudad más grande de Yemen. 

El nuevo reporte de MSF, basándose en lo que han observado sus equipos en Taiz, se enfoca en el impacto directo y mortal que ha tenido la guerra en la población civil y en el colapso de los servicios médicos en la dividida ciudad.
 
“La desesperada situación en Taiz ejemplifica de forma general lo que está sucediendo en Yemen,” dice Karline Kleijer, coordinadora de emergencia de MSF en el país. “Las partes en conflicto muestran frecuentemente una falta de respeto por el estatus de protección que tienen los civiles, las instalaciones médicas, los trabajadores sanitarios y los pacientes. Nuestros pacientes en ambos lados de la línea de combate han reportado haber sido heridos por bombardeos mientras preparaban el almuerzo en sus cocinas, o por ataques aéreos mientras caminaban hacia sus campos, por minas terrestres mientras atendían a su ganado; y reportaron también haber sido heridos por disparos de francotiradores cerca de sus hogares.”
 
La gobernación de Taiz, en el sureste de Yemen, ha visto algunos de los enfrentamientos más intensos y prolongados desde la intensificación del conflicto en marzo de 2015. La ciudad está dividida por las líneas de combate y, durante casi dos años, los residentes de la ciudad han estado viviendo con miedo y han soportado un sufrimiento prolongado. La ciudad es un triste ejemplo de la urgente necesidad por atención médica, especialmente de atención primaria. 
 
Los servicios médicos en Taiz han sido afectados directamente por la violencia. Los hospitales han sido alcanzados por bombardeos y disparos en repetidas ocasiones, una clínica móvil de MSF fue alcanzada por un ataque aéreo; y las ambulancias han recibido disparos, han sido confiscadas y secuestradas por hombres armados. El personal médico ha sido herido en su camino hacia el trabajo, ha sufrido acosos, detenciones, amenazas y ha sido forzado a trabajar a punta de pistola. Muchos trabajadores sanitarios se enfrentan a grandes riesgos personales por trabajar en Taiz, y muchos temen por sus vidas mientras se encuentran trabajando. 
 
“¿Me siento seguro trabajando en el hospital? No, nunca me siento seguro,” dice el supervisor de una sala de urgencias en un hospital público en Taiz. “No se respetan las instalaciones médicas. Nuestro hospital ha sido objetivo de ataques en varias ocasiones y esto ha causado mucha angustia a nuestro personal y a nuestros pacientes.”
 
El daño a los hospitales y la escasez de personal y de suministros vitales han causado el colapso virtual de los servicios médicos en Taiz, comprometiendo gravemente el acceso de las personas a la atención médica vital.
 
El debilitado sistema de salud y las condiciones de vida cada vez más duras han provocado un deterioro en la salud de la población, con consecuencias especialmente graves para grupos vulnerables como lo son las mujeres embarazadas, los recién nacidos y los niños pequeños. La mayoría de las familias actualmente viven con poca electricidad o carecen totalmente de ella, y con comida y agua insuficiente.
 
Muchos han sido obligados a huir de sus hogares para escapar de los enfrentamientos y ahora viven en asentamientos improvisados y edificios sobrepoblados, que frecuentemente tienen sistemas de higiene inadecuados y carecen de artículos vitales como colchonetas, mantas o material para cocinar. La atención médica es extremadamente limitada y la atención privada puede ser muy cara, así que la población acude a ella sólo como último recurso, cuando ya están muy enfermos y puede ser demasiado tarde.
 
En 2016, los equipos de MSF en el hospital materno infantil y en los departamentos de maternidad apoyados por la organización en Taiz, asistieron más de 5,300 partos, realizaron más de 31,900 consultas prenatales y admitieron a más de 2,500 niños con desnutrición severa en sus programas de alimentación terapéutica. Desde que estalló la violencia MSF ha atendido a más de 10,700 pacientes heridos de guerra en Taiz. 
 
En su informe, MSF reitera su llamado y pide a todas las partes en conflicto garantizar la protección de los civiles y trabajadores sanitarios, y permitir que los enfermos y heridos tengan acceso a la atención médica. MSF también hace un llamado a organizaciones internacionales y a gobiernos donantes de fondos públicos a que incrementen su respuesta humanitaria en Yemen y se aseguren de que la ayuda sea distribuida a todos los que la necesitan.
 
Las duras condiciones de vida expuestas en el informe no son exclusivas de Taiz. A lo largo de las diez gobernaciones de Yemen en las que trabaja MSF, nuestros equipos observan los mismos problemas: los yemeníes son víctimas de las consecuencias directas e indirectas de esta guerra mortal y destructiva, el acceso a atención médica asequible está gravemente comprometido y, tras casi dos años de guerra, la ayuda médica y humanitaria sigue sin poder cubrir las necesidades más básicas de la población.
 

Puedes leer el informe completo (en inglés), aquí

 
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