Búsqueda y rescate: un lugar seguro

La Dra. Ayla Emminch recientemente pasó tres meses a bordo del Geo Barents, un buque de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el mar Mediteráneo. Ella comparte su experiencia en esta entrada de blog.

La Dra. Ayla Emminch recientemente pasó tres meses a bordo del Geo Barents, un buque de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el mar Mediteráneo. Ella comparte su experiencia en esta entrada de blog. 
 
Es miércoles por la mañana, acabamos de terminar de distribuir la comida en la cubierta del Geo Barents. Hay música sonando en los altavoces y al menos 300 jóvenes están celebrando, saltando, llorando y bailando hasta el cansancio. Desde lo más profundo de su corazón cantan  "avanzando con los ojos cerrados, …, lejos de mi país, lejos de mi país". 
 
Celebran la noticia de que se nos ha concedido un puerto en el que ellos y ellas serán libres de desembarcar y empezar el siguiente capítulo de sus vidas. Un lugar seguro.  
 
 

Un cóctel insalubre 

Es la responsabilidad de los Estados asignar a cualquier navío que participe en un rescate un puerto seguro en el que las personas puedan desembarcar. En años recientes, los retrasos en esta tarea han hecho que la gente pueda quedar atrapada en el barco por días o incluso semanas en un cóctel insalubre de agotamiento, mareo, incertidumbre prolongada y estrés. 
 
Así que la emoción a bordo ahora mismo es tan fuerte que es tangible. No me avergüenzan las lágrimas que caen por mi rostro mientras estoy celebrando con los chicos: también siento alivio y alegría.  
 

Preguntas sin respuesta 

Pero al mismo tiempo siento tristeza y frustración.  
 
¿Cómo es posible que todos estos fuertes y resilientes hombres hayan sido forzados, a menudo a la fuerza, a abandonar su infancia? 
 
¿Cómo es que han sido forzados a abandonar sus hogares y arriesgar sus vidas en el mar Mediterráneo, en embarcaciones de goma o de madera no aptas para la navegación? 
 
¿Cómo es que vivimos en un mundo donde es normal que las personas arriesguen sus vidas y la de sus hijos e hijas simplemente porque no se han rendido y siguen teniendo esperanza? 
 
¿Por qué no se da ni siquiera un puerto seguro, un lugar seguro, a las personas rescatadas de un barco en peligro? 
 
¿Por qué es tan difícil celebrar la llegada de nuevos vecinos, colegas y amigos? 
 

Conflictuada 

Sabiendo los horrores de los procedimientos de registro, audiencias judiciales, no tener nada y la espera que tienen por delante, es difícil no sentirse en conflicto sobre el estado de éxtasis en el que se encuentran las personas a mi alrededor. 
 
Desearía que el mundo fuera más simple y que yo pudiera abrazar este momento de felicidad después de semanas de duro trabajo y poco descanso, creciendo cerca de la gente que me rodea. 
 
 

Una nueva pérdida  

Escaleras arriba, en la cubierta para mujeres, la noticia es recibida con la misma intensidad. Incluso antes de que todas las traducciones terminen, las mujeres estallaron en aplausos, cantos y bailes. Ellas ni siquiera necesitaron un altavoz para encender la fiesta. 
 
Pero al mismo tiempo se comparten otras emociones. Niños y niñas de varias edades inmediatamente se juntaron alrededor de mi y me abrazaron fuertemente. ¿Soy solo yo o es alegría mezclada con miedo a lo desconocido, y tristeza por perder este lugar seguro temporal en el que apenas habían empezado a confiar? 
 
Algunos chicos sin compañía, demasiado grandes para jugar con los niños pero muy jóvenes para ser llamados hombres, definitivamente demasiado jóvenes para cruzar desiertos y mares solos, pasaron la mayoría del día en shock.  “Queremos quedarnos aquí contigo”, nos dijeron. “Por favor, ¿podemos quedarnos en el bote? 
 

El impensable “y si”  

En los últimos días pasé la mayor parte de mi tiempo con las mujeres y sus hijos e hijas, intentando hacer que la vida a bordo fuera lo más normal y hogareña posible. Con juegos de cartas, dibujando, haciendo origami, creando nuevas rimas para juegos de manos que no tienen sentido en ningún idioma. Separando a las niñas y niños cuando surgen las peleas y acostándoles para que se duerman cuando por fin se cansan y sus madres descansan. 
 
Siempre que hay un momento de silencio, que no es a menudo, el mismo pensamiento regresa a mi mente. ¿Cómo es esto posible? Estoy rodeada de bebés, niños y niñas. Llenos de secretos, historias imaginarias, sonrisas pícaras, trucos inteligentes y sueños del futuro.  
 
Si no les hubiéramos encontrado en su viaje, muchos de ellos y ellas habrían perdido la vida en el mar. Otros hubieran sido llevados de regreso a centros de detención en Libia, sin saber cuándo o si tendrían otra oportunidad de escapar. 
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