De Mitch a Eta, la trayectoria de un logista hondureño en MSF

Pablo Chavarría logísta hondureño de MSF trabaja junto a algunos miembros de su equipo en Danlí, Honduras.
Pablo Chavarría logísta hondureño de MSF trabaja junto a algunos miembros de su equipo en Danlí, Honduras. Octubre de 2024 © MSF

Pablo Chavarría es un logista hondureño que trabaja con Médicos Sin Fronteras como supervisor de logística en nuestro proyecto de atención a personas migrantes en Danlí, Honduras.  

Lleva cerca de veinticinco años en la organización, dedicado en cuerpo y alma a brindar ayuda a quien más lo necesita.  

En este texto, nos cuenta su historia.  


 

Pablo Chavarría logísta hondureño de MSF en Danlí, Honduras.
Pablo Chavarría logísta hondureño de MSF en Danlí, Honduras. Octubre de 2024 © MSF

La primera emergencia: el huracán Mitch 

Comencé a trabajar con Médicos Sin Fronteras (MSF) en 1997, en un proyecto para construir un centro de salud en la zona del Carrizal. 

Un año después, llegó el Huracán Mitch, justo en noviembre de 1998, marcando el inicio de mi carrera humanitaria. 

Esa fue la primera emergencia a la que respondí con MSF como logista, y la magnitud de la emergencia me obligó a adaptarme rápidamente a un contexto muy complejo. Tuve que identificar proveedores nuevos porque, a pesar de estar desde el 71 en Honduras, en ese año regresamos a trabajar en Tegucigalpa y tuvimos que reforzar nuestra presencia para poder responder a la emergencia al rentar vehículos y recursos. Debía lograr que todo estuviera listo para nuestra respuesta. 

 

Un trabajo contrarreloj 

Mitch nos tomó por sorpresa. Al principio, pensamos que la zona norte del país sería la más afectada, pero el huracán se desvió y golpeó con fuerza el sur y el centro del país. En medio del caos, mi trabajo consistió en movilizar materiales y equipos de Tegucigalpa a las zonas afectadas como Choluteca y El Paraíso.  

También estaba a cargo del traslado de materiales desde el aeropuerto, provenientes de Burdeos, Francia. Tenía que asegurarme de que estuviera en buenas condiciones y fuera lo que necesitábamos para montarlo en camiones para que llegara a los diferentes puntos donde teníamos los equipos. 

 

Foto de archivo: Personas migrantes en Danlí durante 2023.
Foto de archivo: Personas migrantes en Danlí durante 2023. © Laura Aceituno / MSF

 

El trabajo en emergencias nunca es sencillo 

Nunca dejé de trabajar en el país. En la zona norte del país, las inundaciones eran un problema recurrente, y nuestra tarea consistía en organizar refugios, proporcionar agua potable, y entregar materiales para la construcción de refugios improvisados. Estuve involucrado en proyectos en Progreso, Santa Rita y otras zonas que sufrieron inundaciones, con la responsabilidad de hacer posible que la ayuda llegara a miles de personas que se veían afectadas por las constantes lluvias. 

 

Cruzando fronteras  

Mi trabajo no se limitó a Honduras. Recuerdo mucho cuando fui a México debido al desbordamiento del río Grijalva en Matamoros. Allí, por mi experiencia en logística durante emergencias, también trabajé para garantizar la compra, aprovisionamiento y distribución de materiales para que todo estuviera listo para atender a la población afectada.  

En general, durante estas emergencias, siempre trabajamos para asistir a las personas afectadas. Ya fuera construyendo letrinas, puntos de distribución de agua, distribuyendo artículos básicos o también haciendo posible que clínicas móviles llegaran para ofrecer consultas médicas y psicológicas. 

 

No es fácil estar en medio de una pandemia 

La pandemia de COVID-19, sin duda, fue una de las experiencias más difíciles que enfrenté en mi vida. Como organización, nos vimos en la necesidad de montar una clínica en el Polideportivo de la Universidad Nacional Autónoma de Tegucigalpa. Recuerdo las dificultades que atravesamos para conseguir permisos y coordinar todo el personal necesario, pero con el apoyo de la comunidad y la organización, logramos establecer una clínica funcional. Esto fue mi mayor reto con MSF desde el huracán Mitch.  

Lo más impactante de esa intervención fue la transformación de nuestros vehículos. Tuvimos que convertir nuestras Land Cruisers en ambulancias para poder hacer frente a la emergencia y asistir a nuestros pacientes. Los protocolos de seguridad también fueron muy estrictos: viví durante meses aislado, sin contacto con mi familia, para protegerlos de posibles contagios. Fue un reto emocional y físico, pero mi mayor motivación durante ese tiempo fue la necesidad de ayudar a mi comunidad.  

Foto de archivo: Integrante de MSF atendiendo a población migrante en Danlí en 2023. El trabajo de Pablo Chavarría como logista hondureño de MSF es vital para acercar esta atención a las personas.
Foto de archivo: Integrante de MSF atendiendo a población migrante en Danlí en 2023. © Laura Aceituno / MSF

 

Este trabajo vale la pena 

Lo que me mantiene en MSF, después de tantos años, es el impacto que podemos generar en las vidas de otras personas. Mi trabajo es hacer que los equipos de MSF tengan las herramientas y los recursos necesarios para llevar a cabo sus tareas. 

Tenemos un compromiso con las poblaciones que atendemos, y tenemos también un compromiso por mostrar esa parte humanitaria que tenemos para ponernos al servicio de las personas que nos necesitam 

A veces, la logística puede parecer invisible, pero sé que es vital para que los proyectos de atención médica y humanitaria sean efectivos. Desde la planeación diaria hasta las intervenciones en emergencias, cada día es un desafío y una oportunidad de hacer algo bueno por las personas que más lo necesitan. 

He disfrutado mi carrera con MSF y he aprendido mucho, tanto de la organización como de las personas con las que he trabajado.  En mi caso, nunca imaginé que un día estaría tan profundamente involucrado en una organización como MSF, pero el apoyo de mi familia y la satisfacción de hacer un trabajo tan significativo me han mantenido motivado. A veces me preocupa ver cómo me voy haciendo mayor, voy perdiendo las energías. Me pregunto, ¿hasta cuándo podré hacer esto? Pero realmente disfruto lo que hago y lo hago de todo corazón. Agradezco a la organización y a las personas que lo hacen posible también. 

Eso también es importante, tratamos de hacer un trabajo que también motive a los compañeros de los diferentes equipos y que sepan qué es trabajar en Médicos sin Fronteras. Siempre se requiere un kilómetro más de lo que podemos dar, siempre se requiere ese kilómetro. Siempre estamos pensando en dar un poco más y debemos estar pensando en dar un poco más. 

Médicos Sin Fronteras se convirtió en una pasión para mí, donde cada día que salgo de casa sé que voy a disfrutar de lo que hago. 

 

¿Quieres trabajar en MSF? ¡Este mensaje es para ti!

Si estás pensando en unirte a Médicos Sin Fronteras, te diría que lo hagas sin dudar. Es un lugar donde te tratan con respeto y dignidad. Aquí, cada tarea, por más pequeña que sea, contribuye a algo mucho más grande. Y eso, en mi opinión, es lo que hace que trabajar en Médicos Sin Fronteras sea una experiencia única y enriquecedora. 

El compromiso con las personas y la pasión por el trabajo hacen de esta organización un lugar donde realmente puedes marcar la diferencia. 

 

 

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