El trabajo social, un trampolín que impulsa a las personas

Después de tres días, José no lograba localizar a su familiar. No saber nada se le convirtió en una tortura y llegó a asumir que seguramente su hijo ya estaba muerto. Además, él no lee ni escribe y eso le dificultaba manejar más información. La intervención social de MSF fue casi una investigación.

 
Me siento afortunada por la oportunidad de asistir a la población que lo necesita. Me siento afortunada de estar presente donde creo ser útil, porque a pesar de que en muchas ocasiones puede ser frustrante no alcanzar a cubrir las necesidades de todos nuestros pacientes en Reynosa, Tamaulipas, existen casos que me llenan de profundo orgullo al ser parte de un esfuerzo por devolverles a las personas la posibilidad de acceso, dignidad, tranquilidad y claridad para que puedan continuar.
 
Cuando llegué al proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Reynosa, lo primero que me impresionó fue la enorme cantidad de sucesos violentos que ocurren a diario, ocasionando múltiples daños a la sociedad civil que intenta sobrevivir a la violencia cotidiana. Sorprende la cantidad de familias que tienen seres queridos desaparecidos, presencian balaceras o persecuciones, eventos de violencia sexual -con cifras alarmantes-, pero lo que más me ha impactado es cómo se restablece la “normalidad” a los pocos minutos tras una balacera; capacidad de resilencia, podría llamarse.
 
Reynosa, además de presentar este difícil contexto, es un lugar de llegada, espera y destino de miles de personas. Por un lado recibe a cientos de migrantes cada mes, una población en situación de vulnerabilidad, ya que son víctimas de distintos tipos de violencia, tanto en el trayecto como a su llegada. Por otro lado, este es uno de los puntos fronterizos que recibe a los mexicanos retornados desde Estados Unidos (EU).
 
Hace un par de semanas, por ejemplo, atendí a una persona repatriada que viajaba a Estados Unidos con su hijo de 26 años. El señor José**, 56 años, con binacionalidad guatemalteca y mexicana, viajaba con su hijo de origen guatemalteco. Tras ser detenido por la policía de migración de Estados Unidos perdió el conocimiento durante dos días y cuando despertó su hijo ya había sido deportado.¿A dónde se lo llevaron?”, “¿por dónde lo deportaron?”, preguntó asustado, pero no obtuvo respuesta. Una semana más tarde José fue deportado hacia Reynosa. Lleno de angustia mencionó que su hijo no había llegado con su familia a Guatemala y no se había comunicado. Él contactó al coyote (traficante de personas) que los cruzó. El coyote le dice que a su hijo lo habían encarcelado en Matamoros y que podía estar en manos del crimen organizado.
 
Después de tres días no lograba localizar a su familiar. No saber nada se le convirtió en una tortura y llegó a asumir que seguramente su hijo ya estaba muerto. Además, él no lee ni escribe y eso le dificultaba manejar más información. La intervención social de MSF fue casi una investigación. Llamamos al Instituto Nacional de Migración, al Centro de Información y Asistencia a Mexicanos en EU, al Consulado de Guatemala en EU, al Consulado de Guatemala en México, al Instituto Guatemalteco para la Migración.
 
Por historias como estas me siento como un trampolín que puede apoyar a impulsar a las personas para continuar, pero creo que los casos como el del señor José son los que se convierten en la razón para que el área de trabajo social sea insistente y persistente, porque MSF es así: tenaz para ayudar a quien lo requiere.
 
Desafortunadamente es muy común detectar personas que han experimentado algún tipo de violencia y no han recibido ninguna atención, como José; poblaciones en estado de precariedad que requieren asistencia. Nuestra presencia en este lugar representa un gran beneficio para los pacientes, porque reduce las consecuencias relacionadas con experiencias de violencia, convirtiéndose en un soporte para la población que se encuentra en movimiento.
 
El equipo de MSF tiene como objetivo brindar atención de carácter integral; médico, psicológico y social. En este sentido el trabajo social cumple la función de identificar necesidades de nuestros pacientes, brindar información, orientación y realizar la vinculación correspondiente con otros actores sociales que puedan cubrir las necesidades detectadas.
 
 
 
Esto es un gran reto porque cada paciente presenta necesidades particulares. La intervención social es tan variada que cada día en terreno es siempre diferente, según la población. Por ejemplo, la que reside en Reynosa y es o ha sido víctima de violencia busca un espacio de protección seguro, medios para huir a otro lugar, asesoría para levantar denuncias, apoyo para ingreso a atención médica o atención médica especializada, lugares de rehabilitación física, soporte para encontrar ingresos, asesorías jurídicas, canalizar situaciones con menores en riesgo, orientación en trámites de apoyos sociales, hasta lugares que brinden recreación deportiva o artística, e incluso búsqueda de documentos de identificación o tramites de su seguridad social.
 
La población migrante sobre todo requiere orientación relacionada con trámites migratorios en EU, aunque muchas personas deciden permanecer en México y desean regularizar su situación migratoria, referencia para atención medica especializada, espacios de albergue en Reynosa y otras ciudades. Asesoría para denunciar algún delito o bien violación a sus derechos humanos, ingreso a servicio de atención médica pública temporal, apoyo para espacios que puedan brindarles algún ingreso, contacto consular, trámite para documento de identidad de su país, asesoría jurídica en EU, así como búsqueda y contacto con familiares.
 
En cuanto a la población mexicana de retorno presenta otras necesidades, relacionadas a la integración social. Es por ello que lo que más desean saber es acerca de los trámites para documentos de identificación, desde acta de nacimiento hasta pasaporte, también necesitan afiliación a servicio médico, conocimiento sobre programas sociales, espacios laborales, contacto o búsqueda de familiares, y en varias ocasiones la intervención se dirige hacia pendientes en EU. Por ejemplo reunificación familiar con hijos o hijas nacidas allá, trámites para adquirir residencia por su vínculo familiar, solicitudes para traer sus bienes a México, asesorías para denuncias de maltrato por agentes de migración de Estados Unidos, solicitud de búsqueda y devolución de las pertenencias que fueron retenidas por agentes de migración.
 
En el caso de los menores, tanto mexicanos retornados como extranjeros de tránsito, permanecen en el Centro de Atención a Menores Fronterizos (CAMEF), ahí la atención es a distancia y en muchas ocasiones el trabajo social funciona como solicitante de servicios para los menores, tanto del Instituto de Migración, los consulados, y el sistema DIF Municipal y Nacional, todo con el fin de apoyar a los jóvenes quienes se encuentran limitados en sus recursos de participación por ser menores de edad.
 
Para poder colaborar con los actores sociales y los recursos formales e informales, se requiere de manera permanente mantener activa y actualizada la red de contactos. Realizar visitas y procurar el cabildeo cuando se identifican barreras de acceso para los pacientes que detectamos, tratando de favorecer siempre la cooperación y la comunicación.
 
Al final, logramos localizar al hijo de José. A pesar de no encontrarse con él personalmente, pudo tranquilizarse al saberlo con vida y conocer su ubicación, quitarse esa gran preocupación y emprender camino rumbo a Guatemala. Cabe mencionar que ningún esfuerzo por parte del trabajo social sería efectivo sin el apoyo del resto de las áreas que conforman el equipo de MSF en Reynosa. En este sentido la sinergia interna es fundamental para poder garantizar una atención plenamente humanitaria, integral y enfocada directamente en el paciente o beneficiario.
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