En Sudán del Sur, las mujeres se apoyan para superar la violencia que sufren

MSF brinda atención a mujeres y niñas que han sufrido violencia sexual en Sudán del Sur
Libro desplegable sobre los servicios de violencia sexual y de género "Flor Amarilla" de MSF que el personal utiliza durante las actividades de divulgación comunitaria. ©Florentina Popa/MSF

“La violencia hacia las mujeres y las niñas es muy común en Sudán del Sur: se debe a la desigualdad de género”, dice Nyemal*. “Pero durante una crisis aumenta debido a la falta de protección para mujeres y niñas”.  

Nuestra compañera Nyemal trabaja para Médicos Sin Fronteras (MSF) en el campo para personas internamente desplazadas de Bentiu, en el norte de Sudán del Sur. El campo es grande, alrededor de 105,000 personas viven en él, incluida la propia Nyemal, que llegó con su familia hace unos siete años para escapar del conflicto armado.  

Médicos Sin Fronteras (MSF) tenemos un hospital aquí, pero no es donde Nyemal y sus colegas pasan la mayor parte de su tiempo. Ellas son “puntos focales de la comunidad”, un equipo de mujeres que trabajan dentro de sus propias comunidades para crear conciencia sobre la violencia sexual y de género; y para brindar apoyo personalizado a las sobrevivientes. Su objetivo es ayudar a las mujeres a acceder a la atención médica que, de otro modo, se sentiría fuera de su alcance.   

Años de conflicto en Sudán del Sur han causado altos niveles de pobreza, falta de infraestructura y un sistema de salud subdesarrollado. Además de estos factores, el estigma y las normas sociales hacen que las mujeres y las niñas se enfrenten a barreras adicionales para acceder a la atención, especialmente después de sufrir violencia sexual o de género.  

MSF brinda atención a mujeres y niñas que han sufrido violencia sexual en Sudán del Sur
Cartel de la Sala de las ‘Flores Amarillas’ en el Hospital de MSF en Bentiu, donde se prestan servicios médicos a sobrevivientes de violencia sexual y de género. ©Verity Kowal/MSF

 

“Si una mujer va al hospital, la gente chismeará sobre por qué está allí”, explica Nyemal. 

Este estigma puede hacer que las sobrevivientes de violencia no se sientan capaces de acceder a la atención médica que necesitan. Y las consecuencias para su salud pueden ser graves, e incluyen embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y problemas de salud mental. 

Así que Nyemal y sus colegas están cerrando la brecha. Son integrantes de la comunidad que tienen la confianza de las mujeres, y están especialmente capacitadas. Ofrecen atención como primeros auxilios psicológicos, anticonceptivos de emergencia y derivación a servicios de salud especializados disponibles en el hospital de MSF. 

Y como dice Nyemal, las necesidades son especialmente altas en tiempos de crisis, cuando las personas pueden encontrarse vulnerables de nuevas maneras. Para explicarlo, da el ejemplo de las devastadoras inundaciones que afectan a Bentiu y sus alrededores. Debido a las inundaciones, las personas no pueden cultivar la tierra para producir alimentos, por lo que deben buscar otras opciones para sobrevivir, como recolectar madera para vender.  

Pero salir a recolectarla puede poner a las mujeres, niños y niñas en mayor riesgo de sufrir una agresión sexual. Las mujeres, niños y niñas caminan distancias aún mayores para encontrar madera seca, exponiéndolas más. “Si se produce una agresión”, dice Nyemal, “nadie es arrestado ni obligado a rendir cuentas”.  

Desde que se estableció el campamento en 2013, en MSF ofrecemos atención médica integral y de calidad a sobrevivientes de violencia sexual y de género. Nuestro programa de atención comunitaria se estableció en noviembre de 2021 y, desde entonces, hemos tratado a 6,051 sobrevivientes de violencia sexual y brindado anticoncepción de emergencia a muchas otras mujeres. 

MSF brinda atención a mujeres y niñas que han sufrido violencia sexual en Sudán del Sur
En el campo de desplazados de Bentiu, en Sudán del Sur, el personal de MSF realiza actividades de divulgación comunitaria sobre los servicios ofrecidos en la “Sala de la Flor Amarilla” para sobrevivientes de violencia sexual y de género. ©Florentina Popa/MSF

 

El programa está teniendo un impacto en Bentiu, pero para Nyemal, esto es solo una pequeña parte del panorama.

“Mi deseo para el futuro es que haya igualdad y derechos humanos para las mujeres y las niñas en Sudán del Sur”, dice Nyemal. “Espero que haya paz y disminuya la violencia para que podamos estar protegidas de cualquier daño”. 

 

*Nombre cambiado para proteger la identidad de la persona. 

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