Familia e inundaciones: salvando dos vidas en Sudán del Sur

En Sudán del Sur, las catastróficas inundaciones han dejado a muchas comunidades aisladas sin atención médica esencial y sin posibilidades de cubrir sus necesidades básicas. En esta entrada de blog, la partera Erin Lever cuenta la historia de una madre gravemente enferma cuya familia estaba decidida a llevarla al tratamiento que necesitaba.

En Sudán del Sur, las catastróficas inundaciones han dejado a muchas comunidades aisladas sin atención médica esencial y sin posibilidades de cubrir sus necesidades básicas. En esta entrada de blog, la partera Erin Lever cuenta la historia de una madre gravemente enferma cuya familia estaba decidida a llevarla a recibir el tratamiento que necesitaba.

"Llevo seis meses, trabajando para Médicos Sin Fronteras (MSF) en un campo para personas desplazadas en Bentiu, Sudán del Sur. El hospital de MSF aquí es el único centro de atención médica secundaria para servir a a las 130,000 personas que viven en el campo. 

En el departamento de maternidad, recibimos a las mujeres que sufren complicaciones en su embarazo y, a menudo, derivaciones de emergencia que llegan a última hora en condiciones muy críticas.  

Como partera, siempre estoy de guardia en la radio para ayudar al equipo con cualquier caso complicado. Una noche, recibo una llamada en la que me informan que una mujer en las últimas semanas de embarazo ha llegado con un sangrado significativo. Esta es una emergencia médica.

 

Un largo viaje  

Está oscuro. Cuando entro a nuestra unidad de maternidad, la sala de espera de afuera está inusualmente llena. Hay al menos diez hombres. Uno de mis colegas nos cuenta que son los familiares de la mujer, y que cuando su condición se volvió crítica, se pusieron en marcha, a pie, para llevarla al hospital. 

Las inundaciones de este año son las peores que ha visto Sudán del Sur en los últimos 60 años. Casi han rodeado el campo aquí, y muchas aldeas están aisladas de todo, incluyendo los alimentos y la atención sanitaria. 

Estos hombres han caminado durante tres horas, a través del agua de la inundación, en medio de la noche, cargando a la mujer embarazada sobre una manta. 

Explican a mis colegas de Sudán del Sur que en las partes más profundas del agua, los hombres más altos se turnaban para cargar y los hombres más bajos se hicieron cargo en los tramos menos profundos.  

Están empapados y embarrados, y se ven agotados. Todas las personas del equipo, incluso las parteras que han tenido vidas increíblemente difíciles, se asombran de su capacidad de resiliencia

 

Estado crítico 

Rápidamente, evaluamos a la mujer. Está ligeramente anémica por la pérdida de sangre pero por lo demás está estable, aunque sigue sangrando. Su bebé, afortunadamente, sigue con vida.  

Sospechamos un desprendimiento parcial de placenta, que es cuando la placenta comienza a separarse de la pared uterina antes del parto. Esta puede ser una de las condiciones más críticas en un embarazo. Puede causar una hemorragia potencialmente mortal para la madre y, debido a que el flujo de sangre a la placenta se ve comprometido, la o el bebé puede morir. 

Tenemos una pequeña unidad de almacenamiento de sangre donde recolectamos donaciones de las personas voluntarias que viven en el campo. Somos una de las pocas instalaciones de maternidad en el área que tiene la fortuna de contar con esta opción. 

Sin embargo, a menudo es difícil conseguir sangre, sobre todo para los grupos sanguíneos poco comunes. Afortunadamente el grupo sanguíneo de esta mujer es común, lo que significa que estamos mejor preparados por si necesita una transfusión. 

 

"No respira"

Durante la evaluación descubrimos que la mujer está en las primeras etapas del parto, y obtuvimos su consentimiento para acelerar el proceso, para que el sangrado se detenga y la bebé tenga una más posibilidades de sobrevivir.  

Como ya ha tenido varios embarazos, el parto avanza rápidamente. Pronto nace su bebé, pero no respira. 

Empezamos la reanimación. Esto es lo que nos temíamos, probablemente se deba a que la placenta solo funciona parcialmente durante el parto. Por fin hay un llanto, y una ola de alivio se apodera de mí. La bebé respira por sí misma. Estará bien.

 

Dos emergencias 

Pero no hay tiempo para relajarse: la madre tiene una fuerte hemorragia post parto. Comenzamos nuestro protocolo de emergencia para hemorragias y queda claro que la condición de la mujer es inestable y necesitará una transfusión de sangre 

La pérdida de sangre es rápida y la mujer muestra signos de que su cuerpo no se adapta bien. Comienza a perder el conocimiento. 

Es media noche y no tenemos suficiente personal para tratar con las dos emergencias simultáneamente. Sin embargo, los miembros de nuestro equipo de enfermería neonatal cercano intervienen para ayudarnos durante la emergencia. 

 

Dando un paso al frente 

Como las reservas de sangre son difíciles de conseguir, siempre podemos obtener una unidad de sangre de emergencia de nuestro banco, pero después de eso, el bienestar de la paciente a menudo depende de la donación de sus familiares. Esto, a veces, puede ser difícil, ya que las personas tienden a donar sangre solo en casos de emergencia.  

Sin embargo, en esta ocasión, los familiares de la mujer dieron un paso al frente sin dudarlo. 

Muchos de los hombres que trajeron a la paciente aquí son adultos muy jóvenes. Sus delgados cuerpos muestran las consecuencias de las más duras condiciones de vida. Es conmovedor verlos, después de haber pasado por una inmensa hazaña física para llegar aquí, haciendo fila para donar medio litro de sangre para ayudarnos a salvar a su familiar.

  

Adrenalina y cansancio  

Muy temprano en la mañana, la mujer ha recibido tres unidades de sangre y está claro que se pondrá bien.  

El equipo del turno de la noche se va a casa: junto a esta emergencia, también han estado atendiendo a las demás mujeres en la sala de maternidad. Todos estamos cansados y sintiendo las secuelas de nuestra noche llena de adrenalina.

   

El impacto 

Los años de inestabilidad hacen que Sudán del Sur tenga un sistema de salud público muy limitado y fiable, y en esta región MSF brinda atención de alta calidad. Pero las inundaciones están impactando en todos los aspectos de la vida de la población, aislándola, incrementando el riesgo de enfermedades como cólera y malaria, y dificultando aún más el acceso a los servicios básicos. 

Sin el hospital de MSF, el trabajo en equipo de nuestro personal de maternidad y neonatología, y la fuerza y determinación de su familia, y la propia resistencia de la mujer, la paciente y su bebé no habrían sobrevivido."

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