Intervenimos contra el sarampión en Vakaga, una de las regiones más aisladas del noreste de RCA

A finales de abril, la primera tormenta de la temporada de lluvias amenazó al pueblo de Ouanda-Djallé. “El domingo es el mercado semanal de Ouanda-Djallé, tuvimos que aprovechar la oportunidad para vacunar al máximo número de niños”, dice Roger Gutiérrez, responsable del equipo de emergencias de MSF en la República Centroafricana.

 
Hemos dado respuesta al brote de sarampión reportado en Vakaga, noreste de la RCA, a escasos kilómetros de la frontera con Chad y Sudán y a 700 de Bangui, la capital del país. "A la llegada del equipo de emergencias hubo tres brotes de la epidemia: en la aldea de Tiringoulou, Ndiffa y Ouanda-Djallé. En esta última aldea, registramos y atendimos a más de doscientos niños con sarampión, de una población de diez mil. Este es probablemente el epicentro de esta epidemia", explica Stefano Perotti, nuestro responsable médico del grupo. A diferencia de otras prefecturas en el país, Vakaga tiene estructuras operativas de salud. “El problema aquí no es la inseguridad como en otras partes de RCA, sino más bien la falta de inmunización rutinaria", añade.
 
En el primer día de la campaña de vacunación, el equipo improvisó una sala de aislamiento en el patio de una casa, con una gran lona haciendo las funciones de techo. "Operamos con los medios a nuestra disposición", explica Gaetan Go-Mandakossi, logista. A lo largo de la intervención, sesenta y dos niños fueron hospitalizados. Además del sarampión, "también se trataron seis casos de tosferina, lo que muestra deficiencias en el programa de inmunización en los centros de salud de la región", advierte el responsable del equipo.
 
 
Durante cuatro días, nuestros compañeros vacunaron a 880 niños de seis meses a cinco años contra el sarampión y administraron 1.400 vacunas pentavalentes, que protegen contra la difteria, el tétanos, la tosferina, la influenza B y la hepatitis B.
 
Además de la vacunación, el equipo reforzó la atención sanitaria en siete centros de salud en la región de Vakaga. Nuestros compañeros donaron medicamentos y material y organizaron sesiones de capacitación para el personal de estas estructuras del Ministerio de Salud, con el objetivo de ofrecer mejor atención a la población local. "Donamos medicamentos y equipos para tratar las enfermedades más comunes: malaria, sarampión, diarrea e infecciones respiratorias y también realizamos sesiones de promoción de la salud", dice Perotti.
 
Al final de esta intervención, el equipo de emergencia de Médicos Sin Fronteras en la República Centroafricana (EURECA) continúa monitoreando otras alertas de epidemia, para poder atender otras emergencias médicas en el país.
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