“La llevamos a la zona roja”: Salvando a una niña en Afganistán

© Waseem Muhammadi/MSF

Cuando el tratamiento no funcionaba para una niña gravemente enferma que fue llevada a un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF), nuestra enfermera pediátrica Rebecca Ferguson y su equipo tuvieron que actuar rápidamente. Así lo cuenta ella en esta entrada de blog. 

“Su nombre era Tahera*. Sus padres la llevaron al Hospital Regional de Herat, apoyado por Médicos Sin Fronteras en Afganistán, con un sarpullido rojo que se extendía por su pequeño cuerpo. 

Tras ser valorada por nuestro equipo médico, fue ingresada en nuestra unidad de cuidados intensivos para casos de sarampión, donde ya teníamos cerca de 50 pacientes aunque, en teoría, solo tenemos espacio para 20. 

Además de sarampión, también pudimos ver que Tahera tenía desnutrición y tenía dificultades para respirar. Y su condición estaba empeorando. 

Preocupados por su condición, la llevamos a la “zona roja”, donde llevamos a los pacientes que necesitan atención inmediata para salvar sus vidas. Si la sostenías, podías sentir su agotamiento. 

Quedándose sin fuerzas 

Quienes trabajamos aquí ya habíamos visto esto antes, con demasiada frecuencia, varias veces al día. Esas ocasiones en que el cuerpo de un niño o niña se queda sin energía, se queda sin capacidad para luchar. A veces, no importa lo que hagamos, perdemos pacientes. Y con el sarampión hemos ido perdiendo a muchos. En promedio dos al día. 

Mientras la colocábamos en la cama, podíamos ver cómo su cuerpo se esforzaba por respirar, usando cada músculo para forzar el aire dentro y fuera de sus pulmones. A pesar de sus esfuerzos, sus ojos se estaban cerrando y su cuerpo comenzaba a rendirse. 

Afganistán
Debido a los altos niveles de sarampión, el equipo ha tenido que crear una capacidad adicional para tratar a más pacientes. © Rebecca Ferguson

 

Estábamos haciendo todo lo que podíamos. Le estábamos dando oxígeno para ayudarla a respirar pero, a pesar de esto, podíamos ver sus niveles de oxígeno cayendo peligrosamente. La saturación de oxígeno de una persona sana está por encima del 95 por ciento. La suya estaba muy por debajo. Y no importaba lo que hiciéramos, seguía cayendo. 30, 28, 22 por ciento. 

Su piel comenzó a ponerse azul. Sintiéndose impotente, todo el equipo estaba pensando frenéticamente en qué más podíamos hacer. Todas las opciones de atención estándar nos estaban fallando. Estábamos punto de perder a esta niña diminuta, necesitábamos una idea… 

 

Predisposición  

Cuando un recién nacido no respira bien, puede colocarlo boca abajo, en lo que se llama la posición “prona” o “prono”. Esto puede mejorar la función pulmonar y es algo que en Afganistán también se ha utilizado para personas adultas con COVID-19, pero nunca para bebés.  Pero era nuestra última opción.  

Entonces, con todo un equipo de enfermeras y médicos observándola, decidimos probarlo. Enrollamos una pequeña manta que tenía la madre y volteamos suavemente a la bebé. Luego la acostamos boca abajo, con la cara cuidadosamente girada hacia un lado. 

A los bebés a menudo no les gusta esta posición, por lo que sabíamos que necesitábamos minimizar sus niveles de estrés manteniéndola lo más tranquila posible. Su madre había estado observando todo, extremadamente preocupada, y ahora le pedimos que viniera a hablar con la bebé, que le acariciara el cabello, que le diera un dedo para que lo sostuviera. 

Durante los siguientes cinco minutos, observamos los números en el monitor de oxígeno de Tahera con ansiedad. 

Poco a poco, comenzaron a subir. 

Pasaron de 22, a 89, 91, 92 por ciento. Y se quedaron allí, alrededor de los 90. Casi normal. 

Se podía ver el alivio en el rostro de su madre; y el equipo. Habíamos superado las probabilidades esta vez. Tuvimos que darnos la vuelta y decirle a una madre que iba a estar bien. 

 

Una crisis prevenible 

El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo. También es una de las más fácilmente prevenibles, pues existe una vacuna segura y efectiva. 

Pero debido a la crisis en Afganistán, muchos niños y niñas no han sido vacunadas. 

Años de guerra y conflicto han puesto a prueba los servicios de salud de Afganistán. Durante muchos años, los equipos de vacunación lucharon para cubrir las vacunas de rutina de las niñas y niños, incluyendo la vacunación para el sarampión. 

Este año, todo Afganistán, no solo nuestro proyecto en Herat, ha visto un gran aumento en los casos de sarampión. En Herat actualmente vemos más de 200 casos a la semana, en su mayoría en menores de cinco años, y el 60 por ciento de estos casos necesitan ser admitidos y necesitan atención adicional. 

Hospital en Afganistán
El personal participa en una sesión de formación en el hospital regional de Herat. © Rebecca Ferguson

 

La solución es muy sencilla: una campaña de vacunación en todo el país podría romper la cadena de transmisión. Pero debido a los eventos de agosto de 2021, las sanciones han hecho que el apoyo a Afganistán se interrumpiera, incluyendo la importación de vacunas contra el sarampión. 

Como resultado, en medio de un brote, no hay suficientes vacunas para todas las personas que la necesitan. 

 

Respuesta a brotes 

Hasta que todos los niños y niñas sean vacunados, seguiremos viendo a menores como Tahera llegando a nuestro hospital. 

En los últimos meses hemos estado ocupados. En respuesta al brote de sarampión, acabamos de abrir una sala adicional de 60 camas solo para pacientes con sarampión. Tres días después de la apertura ya habíamos admitido a 112 pacientes, con pequeños que a menudo compartían camas debido a la falta de espacio. 

Tras los esfuerzos de incidencia de nuestro equipo en Herat y Kabul, finalmente se proporcionaron suficientes vacunas contra el sarampión para la ciudad de Herat, de donde provienen la mayoría de nuestros pacientes. 

Aunque esto salvará vidas en Herat, también sabemos que otras comunidades no tendrán tanta suerte. Y a menudo pensamos en los lugares donde MSF no está presente, y donde la situación es casi seguramente peor. 

Por ahora, disfrutamos de los éxitos que tenemos. 

 

*Nombre cambiado 

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