La promoción de la salud está salvando vidas en Nigeria

IDP camp in Maiduguri, Borno state

Los equipos médicos en Ngala se enfrentaron a una gran escasez de donantes de sangre, y esto tuvo serias consecuencias. Dogara Yohana, promotor de salud de Médicos Sin Fronteras (MSF), explica en esta entrada de blog cómo su equipo se dispuso a ayudar.

Los equipos médicos en Ngala se enfrentaron a una gran escasez de donantes de sangre, y esto tuvo serias consecuencias. Dogara Yohana, promotor de salud de Médicos Sin Fronteras (MSF), explica en esta entrada de blog cómo su equipo se dispuso a ayudar. 

“Dogara, tenemos algunos pacientes que necesitan urgentemente una donación de sangre. ¿Puedes ayudar?” 

La voz era de Arnold, quien gestiona el laboratorio en el hospital de MSF en Ngala, Nigeria. En 2017, acabábamos de abrir un banco de sangre, pero aún no se había comenzado a crear conciencia en la comunidad sobre la importancia de las donaciones de sangre. 

Ngala está en el noreste de Nigeria, es una zona agrícola que también alberga a cerca de 70,000 personas desplazadas que han tenido que escapar de la violencia armada de sus lugares de origen. Estamos en el estado de Borno, una región que ha experimentado más de una década de inseguridad. 

Cuando MSF llegó aquí por primera vez en 2016, la mayoría de las personas no habían tenido acceso a la atención médica antes y dependían de la medicina tradicional. Comprensiblemente, no estaban seguras de acudir a las nuevas instalaciones de MSF. 

Como equipo de promoción de salud, hemos trabajado arduamente para generar confianza, y cada vez más personas comienzan a venir al hospital. El número de muertes prevenibles en la comunidad ha disminuido. Hemos trabajado con las comunidades para generar conciencia sobre la importancia de las vacunas para sus hijos e hijas, y de las madres que vienen a dar a luz aquí. 

 

 

El reto 

Las donaciones de sangre, por otro lado, fueron un gran reto. La sangre donada puede salvar las vidas de todo tipo de pacientes: mujeres con complicaciones en el parto, víctimas de disparos o cualquier paciente con malaria severa. Pero en ese entonces, sin donantes de sangre, si un paciente necesitaba incluso una unidad, la situación se volvía muy, muy grave. 

Sabíamos que necesitábamos hacer algo. Las personas solo no estaban familiarizadas con la idea. Fuimos muy cuidadosos – la sangre es un tema sensible para algunas culturas aquí, así que no podíamos simplemente acudir a la plaza del mercado con nuestros megáfonos.   

Lo discutimos con los jefes de las comunidades tradicionales, con los líderes religiosos y nos encontramos con personas en grupos comunitarios. Les explicamos la importancia de la donación de sangre, cómo se hace, el proceso y los controles que hacemos para asegurarnos que las personas están en condiciones de donar antes de que se extraiga la sangre. 

Todos tuvieron preguntas, y nuestro trabajo fue responderlas. Explicamos que cuando van al hospital a donar sangre, el equipo médico primero verifica su estado de salud para asegurarse que la donación no tendrá un impacto negativo sobre quienes donan. Sabíamos que las personas querían saber más sobre cómo sería usada la sangre, por lo que acordamos con el equipo médico que los donantes podrían ver cómo se hace la transfusión de sangre.  

Entrando en acción 

Habíamos estado haciendo todo este trabajo, pero cuando recibí la llamada de Arnold, estaba muy nervioso. Nunca antes le había pedido a la gente que donara sangre a extraños, especialmente sin una emergencia médica. El pensamiento que atravesaba mi mente era “¿cómo haré esto?” 

Me preocupaba fallar. Pero sólo puedes decir que fallaste si lo intentaste, y eso había decidido hacer. 

El hospital está muy cerca de la zona comercial, así que decidí empezar allí. Conocí a un grupo de hombres jóvenes, sentados, bromeando y divirtiéndose.  

Comencé explicándoles quién era y de dónde venía, antes de seguir adelante y decirles lo que realmente me había llevado allí. Les expliqué todos los puntos clave de los que había hablado en las reuniones comunitarias. Comenté que era urgente y que su sangre sería analizada para detectar diversas infecciones.  

Pero no estaba seguro si eso sería suficiente. La donación de sangre seguía siendo una idea muy nueva, y no íbamos a ofrecer ningún pago.  

“No hay problema” , dijo uno de los hombres. “Vamos, vamos” .

Inmediatamente cinco de ellos me siguieron de vuelta al hospital. Estaba un poco impresionado, ese fue el primer grupo con el que hablé, ¡y los había convencido! 

Pasaron por el proceso de selección y uno de ellos tenía un problema de salud, por lo que no pudo donar. Pero funcionó bien porque cuando él les contó a sus amigos, demostró que nos tomábamos en serio el control de la salud de las personas antes de extraerles sangre. Los otros cuatro donaron y estuvieron bien. 

Mientas el equipo médico hacía la transfusión de sangre al paciente más crítico, Arnold vino a hablar conmigo. “Dogara, ¿cómo lo hiciste?” 

Estaba muy sorprendido de que hubiera podido encontrar a tantos donantes de sangre tan rápido. Me sentí fantástico. Ambos estábamos muy felices. 

Las y los pacientes que lo necesitaban recibieron la sangre y, para mi mayor alegría, supe que más tarde se recuperaron y pronto estuvieron de nuevo de pie. 

 

 

Eso fue en 2017. Desde entonces, continuamos trabajando con la comunidad local y las cosas han cambiado mucho.  

Esos primeros donadores nos ayudaron con sus testimonios, contaron a sus comunidades que pudieron donar sangre y estaban bien y haciendo el bien. Gradualmente, las personas fueron entendiendo que donar sangre no era una amenaza para sus vidas, no les enfermaría ni tendría ningún impacto negativo. 

Ahora, la donación de sangre ya no es la gran cosa aquí. Si una persona necesita una transfusión, les explicamos la situación a sus familiares, y ellos van a casa y movilizan a la gente para que venga a donar. Si no podemos obtener la sangre suficiente entre sus familiares, tenemos un grupo de donantes voluntarios a quienes podemos llamar. Eso es lo que ayuda a lograr la promoción de la salud. 

Tenemos muchos más problemas en los que estamos trabajando, pero para la donación de sangre la situación realmente ha mejorado. Nos da alegría porque sabemos que se están salvando vidas. 

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