El trabajo de Médicos Sin Fronteras combatiendo el Cólera

Respuesta al cólera en Buzi, Mozambique, 2019
Un epidemiólogo de MSF en Buzi, Mozambique, durante una respuesta a una epidemia de cólera. © Pablo Garrigos/MSF

Las epidemias de cólera se desarrollan en zonas de riesgo que incluyen los barrios peri-urbanos, donde la infraestructura básica no está disponible, así como en campos para personas refugiadas o desplazadas internamente, donde las necesidades mínimas de agua potable y saneamiento no se cumplen.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen entre 1,3 y 4 millones de casos en todo el mundo, y entre 21,000 y 143,000 muertes. Esta enfermedad, a pesar de ser fácil de prevenir y de tratar, sigue devastado a comunidades de todo el mundo.

En el 2022, Médicos Sin Fronteras estamos realizando proyectos de tratamiento de cólera en 10 países.

¿Qué es el cólera?

El cólera es una infección intestinal aguda muy contagiosa que afecta a niños, niñas y personas adultas. Es transmitida por el bacilo del cólera, el Vibrio cholerae mediante la contaminación fecal-oral directa y por ingestión de agua y alimentos

A diferencia de otras enfermedades diarreicas, el cólera pueda matar a una persona adulta saludable en cuestión de horas. Las personas con inmunodeficiencia, como los niños o niñas con desnutrición, o personas que viven con VIH, tienen un mayor riesgo de muerte si están infectadas por el cólera (1).

Las personas afectadas desarrollan la enfermedad muy rápidamente y a veces de forma fulgurante. Si no se trata, una de cada dos personas podrían morir. Con el tratamiento apropiado, la tasa de mortalidad debería permanecer por debajo del 1% (1).

La enfermedad ataca con gran rapidez el sistema digestivo. En lugar de jugar su papel de absorción, el intestino expulsa el agua contenida en el cuerpo bajo forma de violentas diarreas y vómitos que pueden causar la pérdida de 20 litros al día. 


En función de la evolución de la enfermedad, el estado de deshidratación puede ser leve, moderado o severo.

¿Cómo se diagnostica el cólera?


El diagnóstico es esencialmente clínico (si hay diarrea aguda, vómitos, deshidratación). El análisis de laboratorio puede confirmar la presencia de la bacteria responsable del cólera.

En cuanto estalla un brote, las personas afectadas deben ser aisladas en centros de tratamiento, con medidas de control de infecciones destinadas a impedir la propagación de la enfermedad. Estas medidas consisten en estrictas prácticas de higiene, saneamiento y abastecimiento de agua potable, y en el manejo adecuado de los vómitos y excretos de los pacientes.

¿Cómo se trata el cólera?


El cólera es una enfermedad fácil de tratar. El tratamiento consiste en compensar las pérdidas de agua y de los principales oligo-elementos para evitar la deshidratación.

En el caso de deshidratación leve y moderada, se utilizan sales de rehidratación que se administran al enfermo por vía oral. En los casos graves en personas adultas, a veces es necesario poner una perfusión de 10 a 15 litros de solutos por persona en el primer día. En estos casos el ingreso hospitalario es indispensable. El uso de antibióticos puede ser necesario en algunos casos.

A pesar de la rapidez de la aparición de los síntomas y de su gravedad, la recuperación de las y los pacientes es espectacular.

Más allá del tratamiento médico, la lucha contra esta enfermedad muy contagiosa exige la aplicación de medidas de higiene muy estrictas en las estructuras de hospitalización así como también fuera de éstas. Las medidas de control y prevención incluyen, además, garantizar un suministro adecuado de agua potable.

En Médicos Sin Fronteras hemos desarrollado kits de tratamiento del cólera para proporcionar asistencia rápida en situaciones de epidemia.


MSF y el cólera


Un brote de cólera requiere una intervención inmediata ya que la enfermedad puede propagarse con gran rapidez. La primera parte de nuestra respuesta consiste en aislar a las personas enfermas en centros de tratamiento del cólera (CTC) con el fin de darles atención médica urgente y al mismo tiempo contener el brote

Instalamos los CTC en zonas aisladas dentro de centros de salud ya existentes o en estructuras independientes; en todo caso, siempre habilitamos los CTC lo más cerca posible del foco del brote.

Además, habilitamos puntos de rehabilitación oral en toda el área afectada, donde proporcionamos tratamiento a los enfermos leves o moderados; estos emplazamientos también nos permiten identificar rápidamente a los pacientes más graves y trasladarlos a los CTC.

Romper el círculo de contagio requiere también el despliegue de medidas de promoción de la higiene: nuestros equipos lanzan campañas de sensibilización y distribuciones de jabón y de agua potable, y se implican también si es necesario en actividades de agua y saneamiento,  rehabilitando o construyendo letrinas, e identificando las fuentes de agua contaminadas para proceder a su potabilización.

Nuestra respuesta puede ser inmediata gracias a los kits de tratamiento del cólera, con los que podemos instalar rápidamente en cualquier lugar del mundo un CTC dotado con todo el material y medicamentos necesarios.

Retos


Uno de los retos es implementar la vacunación en el marco de una epidemia como medida para controlar la diseminación de la enfermedad en las fases iniciales de los brotes. Las vacunas disponibles en la actualidad requieren ser probadas en situaciones reales de asistencia médica humanitaria ya que existen en presentaciones que requieren dos dosis, lo que dificulta la implantación logística y el seguimiento de los pacientes.

_(1) WHO Fact sheet Nº 107. Nov 2008. Cholera.


Página actualizada por última vez en diciembre de 2022

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