Conflictos armados

El equipo a bordo del tren medicalizado de MSF en Ucrania estabilizando a un paciente severamente herido de guerra. Desde el 31 de marzo, hemos trasladado a al menos 600 pacientes. © Andrii Ovod

En zonas de guerra, Médicos Sin Fronteras no toma partido. Brindamos asistencia médica basándonos solamente en las necesidades de las personas, y trabajamos duro para tratar de llegar a quienes más necesitan ayuda.

Si las partes en conflicto perciben a las organizaciones de ayuda de un lado de un conflicto, tenemos menos probabilidades de tener acceso a las personas necesitadas y estamos más propensos a ser atacados.

Una de las formas en la podemos demostrar nuestra independencia respecto a las partes en un conflicto, es asegurándonos de que todos nuestros fondos para trabajar en estos contextos provengan de particulares. Por ello no aceptamos subvenciones de ningún gobierno.

Los conflictos, ya sean guerras internacionales o disputas internas, pueden traer consigo muchas consecuencias. En un entorno de destrucción y desmembramiento del sistema de salud, es necesario prestar asistencia médica, psicológica y quirúrgica.

El temor a la violencia o la persecución desarraiga a comunidades enteras y entre quienes se quedan, a menudo muchas personas se enfrentan a la falta de acceso a la atención médica.

Los conflictos normalmente conducen a un aumento de lesiones traumáticas, pero también conducen a problemas para las personas que necesitan atención médica regular, ya sea por complicaciones con un embarazo o por enfermedades crónicas como la diabetes, el sida y la hipertensión, o por enfermedades como la tuberculosis, el cólera o la malaria, u otras menos conocidas como la enfermedad del sueño.

Centro de tratamiento del cólera de Médicos Sin Fronteras en Quelimane, Mozambique



En el Centro de Tratamiento de Cólera de Quelimane, en la provincia de Zambezia, MSF instaló decoraciones para hacer la sala de pediatría más amigable para niñas y niños. ©Martim Gray Pereira/MSF

Los efectos indirectos del conflicto y la inestabilidad, incluido el derrumbamiento de las infraestructuras y de la economía,también provocan sufrimiento.

En general, los trastornos psicológicos y las enfermedades mentales también se incrementan. Por su parte, la violencia sexual, lamentablemente, también es muy común en los conflictos.

Tratamos de llenar estos vacíos con personal médico, de enfermería y especialistas en logística con mucha experencia, que brindan atención médica especializada y apoyo logístico.

Las operaciones de MSF consisten básicamente en llevar equipos médicos que brindan servicios médicos en instalaciones de salud y hospitales para cubrir las crisis sanitarias inherentes a un conflicto, como desnutrición o problemas de salud mental. Cuando es necesario, MSF también perfora pozos, suministra agua potable y distribuye materiales de abrigo y cobijo.


Violencia Intensa

Durante los momentos de violencia intensa, nuestros equipos a menudo tienen que trabajar con una gran flexibilidad. En 2011, cuando los combates rodeaban las instalaciones médicas en Misrata, en Libia, un equipo de MSF tuvo que encontrar la manera de evacuar de manera segura y rápida a un gran número de pacientes gravemente heridos.

El equipo fletó un ferry rápido de pasajeros, despojándolo de sus asientos para poder instalar lonas de plástico y colchones, y fijar las líneas intravenosas. “La violencia provocó una enorme afluencia de personas heridas y fue una suerte que pudiéramos estar allí y llevarlos a bordo”, dice Helmy Mekaoui, médico de MSF que coordinó la evacuación médica.

A pesar de la mala mar, el barco llegó a salvo en Túnez al día siguiente, donde 20 ambulancias esperaba para llevar a los 71 pacientes al hospital.

El logista de MSF, Anás Alamudi, recuerda: “En lo que a mí respecta, fue una operación exitosa y me alegro de que pudiéramos ayudar. Había personas enfermas que necesitaban salir, y les sacamos. Misión cumplida”.

Personal altamente experimentado

Trabajar en una zona de guerra puede ser una experiencia muy aterradora, estresante y perturbadora. Debido a esto, sólo permitimos personal altamente capacitado y experimentado que se ofrecen para trabajar en este tipo de contextos.

Paul McMaster, un cirujano británico que ha trabajado extensamente con MSF, todavía encuentra desafiantes las misiones de alta seguridad.

Después de regresar de una misión en Siria, donde trató a los heridos en un quirófano instalado en una cueva, dijo: “He trabajado en muchos lugares difíciles con MSF – zonas de guerra como Sri Lanka, Costa de Marfil y Somalia – pero mientras en esos países el peligro estaba a nivel del suelo, en Siria el peligro siempre viene desde el aire. Es un tipo de peligro mucho más opresivo cuando tienes un helicóptero en el cielo encima de ti”.

Seguridad

Aunque aceptamos que es imposible excluir a nuestro personal de todas las formas de riesgo, hacemos todo lo posible para minimizarlo a través de nuestras estrictas medidas de seguridad.

Antes de iniciar un nuevo proyecto, y a lo largo de toda su duración, evaluamos continuamente los riesgos. Cada misión en el terreno implementa normas de seguridad detalladas y adaptadas a las condiciones del lugar, definiendo estrategias, responsabilidades y medidas de seguridad específicas.

Entre estas normas, MSF tiene una estricta política de “no armas” en todas nuestras clínicas, vehículos y centros de salud. Para garantizar la seguridad de nuestro personal y de los pacientes, es crucial que ninguna persona armada ingrese a nuestros hospitales. Naturalmente tratamos a todos los combatientes que necesiten ayuda médica, cualquiera que sea el bando al que pertenecen, pero ellos y sus colegas deben dejar sus armas fuera. La presencia de cualquier persona armada incrementa las posibilidades de que nuestras instalaciones se conviertan en blanco de la violencia.



La experiencia nos ha enseñado que cuando llevamos a cabo una intervención humanitaria eficaz para salvar vidas, que es claramente imparcial y neutral – y estos conceptos son entendidos por toda la población en el zona- el logotipo de MSF en una camiseta a menudo ofrece más protección que un chaleco a prueba de balas.

Esto se debe a que, en zonas de guerra, nuestros coordinadores de proyectos y de emergencias a menudo pasan tanto tiempo conociendo y hablando con los grupos armados opuestos, como el que pasan en cualquiera de la otras actividades de su trabajo.

Cuando un equipo de MSF es percibido por todos como un equipo médico humanitario neutral, imparcial e independiente, y cuando esas palabras son claramente comprendidas y apreciadas, gracias a nuestras acciones concretas sobre el terreno, estamos en la posición más segura.

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