Malaria (paludismo)

La malaria es una enfermedad potencialmente mortal, aunque prevenible y curable.

¿Qué es la malaria?

La malaria es una enfermedad potencialmente mortal, aunque prevenible y curable.La malaria es una enfermedad aguda y una clásica enfermedad materno-infantil.

Los lactantes, los menores de 5 años, las mujeres embarazadas y las personas con VIH o sida son más vulnerables a contraer una infección grave si se exponen a la enfermedad.

En 2022, el cálculo de casos de malaria a nivel mundial alcanzó los 249 millones, muy por encima del número de casos estimado antes de la pandemia de COVID-19, y un aumento de 5 millones respecto a 2021.

En algunos países, la malaria es responsable por hasta el 40% de las visitas a los centros de salud, incluyendo los ingresos hospitalarios. Por ello, la malaria tiene un enorme costo sanitario, social y económico.

Hoy existen métodos eficaces para luchar contra la enfermedad: pruebas de diagnóstico rápido y terapias combinadas con artemisinina (ACT). Sin embargo, sólo una pequeña proporción de los enfermos tienen acceso al diagnóstico y el tratamiento que necesitan.

¿Cómo se transmite la malaria?

La mayoría de casos de malaria está causados por cuatro especies del parásito Plasmodium (falciparum, vivax, ovale y  malariae). De todos ellos, el Plasmodium falciparum es el responsable de más muertes y la forma más grave de la enfermedad.
El parásito es trasmitido a las personas por medio de la picadura de un mosquito hembra del género Anópheles infectado, que se lo traspasa al flujo sanguíneo, donde se reproduce. Si otro mosquito pica a esa persona, el parásito infecta al insecto y el ciclo continúa. La transmisión depende de las condiciones meteorológicas, en especial de la lluvia, el calor y la humedad, que favorecen la multiplicación del mosquito (que pone sus huevos en el agua). En muchas regiones, la transmisión es estacional y el pico se produce durante y justo después de las lluvias.

¿Qué síntomas tiene la malaria?

Los principales síntomas que provoca la enfermedad suelen aparecer entre 10 y 15 días después de la picadura. Entre los síntomas más comunes se destacan:
    • Fiebre
    • Escalofríos
    • Sudoración
    • Dolor de cabeza
    • Vómitos

No obstante, si la malaria no es atendida a tiempo, puede poner rápidamente en peligro la vida del enfermo.

Un tratamiento y diagnóstico precoz para un cuadro leve de malaria puede evitar que la infección se agrave.

 

¿Cómo se diagnostica la malaria?

En caso de fiebre, se debe hacer un examen clínico para buscar otros síntomas, como dolores de cabeza o articulares, que confirmen la sospecha. Para confirmar el diagnóstico, se puede buscar el parásito en la sangre con pruebas de microscopio. Actualmente también existen pruebas rápidas que, en 15 minutos y con una gota de sangre, permiten saber si una persona está infectada sin necesidad de laboratorio.
Utilizar la pruebas rápidas de diagnóstico es importante por dos razones. En primer lugar, un diagnóstico precoz puede evitar que la malaria evolucione a la forma grave y potencialmente mortal de la enfermedad. En segundo lugar, permite tratar solamente los casos confirmados, evitando la aparición de resistencias al medicar a personas con síntomas parecidos que no tienen la enfermedad.

¿Cómo se trata la malaria?

La malaria ha desarrollado resistencias a los medicamentos que se vienen usando desde hace años, como la cloroquina o la sulfadoxina-pirimetamina. Actualmente uno de los tratamientos más efectivos son las terapias combinadas con artemisinina (TCA).
La artemisinina es un derivado de una planta china de probada eficacia. De fácil utilización (por vía oral o inyectable), actúa rápidamente y elimina el parásito en sangre más rápidamente que otras moléculas disponibles. Se habla de terapias combinadas porque la artemisinina se administra combinada con otras moléculas todavía eficaces, normalmente la amodiaquina o la mefloquina. Esta combinación se utiliza para prolongar y reforzar el efecto del tratamiento y retrasar la aparición de resistencias.

¿Cómo se previene la malaria?

El propio tratamiento del enfermo contribuye a controlar la propagación de la malaria, pero además existen medidas de prevención tradicionales muy eficaces: las mosquiteras tratadas con insecticida, que siguen siendo un medio importante para controlar la malaria. Además, los Ministerios de Salud de países como Burkina Faso, Chad, Mali, Níger Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Nigeria, Senegal o Togo han incluido en sus Programas Nacionales de la Lucha contra la Malaria una nueva estrategia: la quimioprevención de la malaria estacional (SMC), que en MSF hemos utilizado con éxito desde 2012.

MSF y la malaria

En nuestros hospitales y centros de salud, la malaria es una de las enfermedades más frecuentes. De acuerdo a nuestro último Reporte Anual, en 2022 tratamos 4,268,600 casos de malaria.

Nuestra prioridad son los niños y niñas menores de 5 años y las mujeres embarazadas, que son los grupos más vulnerables a la hora de combatir el parásito cuando la infección ya se ha producido.

Frente a estos casos, el rápido diagnóstico y el tratamiento precoz son esenciales para evitar enfermos graves que necesiten hospitalización.

Desde 2012 brindamos asistencia médica humanitaria asistiendo en la distribución de mosquiteros, las campañas de prevención, el tratamiento antipalúdico oral en niños y niñas de hasta cinco años y la distribución masiva de antimaláricos con el objetivo de reducir la incidencia de la malaria en regiones como Níger, Chad, Mali y Sierra Leona.

Página actualizada por última vez en abril de 2024.

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