Población rohingya en Malasia
Un pariente de un hombre rohingya que cayó desde dos pisos mientras trabaja en un sitio de construcción llegando a la oficina de la clínica de MSF en Penang. © Arnaud Finistre

Te contamos sobre el trabajo que Médicos Sin Fronteras realizamos en Malasia.

En 2021, a pesar de los obstáculos impuestos por la COVID-19, Médicos Sin Fronteras continuamos ofreciendo atención médica general y salud mental a la comunidad rohinyá y a otras poblaciones refugiadas en Malasia.

 

Cifras destacadas de nuestro trabajo en Malasia

  • 11,600 consultas ambulatorias
  • 1,580 consultas individuales de salud mental
  • 2,080 consultas prenatales
Mapa de actividades de Médicos Sin Fronteras en Malasia durante 2021

Nuestra clínica fija, que brindaba servicios a personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo en Butterworth, estuvo operativa durante todo el confinamiento, aunque la cifra de pacientes disminuyó, de los 11,700 atendidos en 2020 a 9,910 en 2021; esto se debió, principalmente, a que la gente tenía miedo de ser arrestada en los controles policiales al desplazarse a la clínica. Malasia no ha firmado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de la ONU (1951), de forma que los refugiados son penalizados por la legislación.

MSF dimos apoyo al plan nacional de vacunación contra la COVID-19 en Penang; nos centramos, precisamente, en personas refugiadas, solicitantes de asilo y trabajadoras migrantes sin papeles. Al mismo tiempo, seguimos reclamando a las autoridades que construyan una respuesta nacional a la COVID-19 basada en el principio de “atención médica para todo el mundo”; también pedimos que se actualicen las leyes, para que no se penalice ni se detenga a personas refugiadas ni a solicitantes de asilo por el mero hecho de buscar atención médica. También continuamos con nuestra campaña de promoción de la salud en R-vision, la televisión on line de los rohingyas.

Nuestro equipo de salud mental organizó sesiones individuales de asesoramiento; un cuarto de las mismas fueron telefónicas, debido a las restricciones relacionadas con la COVID-19. El equipo identificó una cantidad cada vez mayor de víctimas de violencia sexual y de género, entre las cuales había hombres, mujeres y menores que habían sido objeto de trata. También distribuimos suministros esenciales de higiene (como jabón y toallas sanitarias), leche en polvo y ropa a familias vulnerables y en varios centros de detención de migrantes.

En marzo, pusimos en marcha nuestra iniciativa de incidencia política dirigida por la propia comunidad refugiada de Penang: se trata de trece hombres y cinco mujeres, de entre 16 y 70 años de edad, pertenecientes a las comunidades rohinyá, musulmana de Myanmar y mon. MSF facilitamos sesiones de capacitación sobre incidencia política con varias organizaciones, incluida una academia independiente de periodismo.

En noviembre comenzamos a realizar exámenes médicos en centros de detención temporales en Sungai Bakap y Bidor, donde los presos eran principalmente rohingyas. La mayoría expresaban un sentimiento de desesperanza sobre su futuro, al llevar detenidos un tiempo indefinido sin ningún pronóstico de ser liberados.

Nº de trabajadores y trabajadoras* en 2021: 67 | Gasto: 2,4  millones € | MSF trabajó por primera vez en este país en: 2004 | msf.org/malaysia  

* La cifra de personal equivale al total de puestos a tiempo completo o FTE (del inglés full-time equivalent). Por ejemplo, dos personas a media jornada equivalen a un FTE.

 

Importante: Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 2021; es un resumen que no puede considerarse exhaustivo.

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