VIH/SIDA

MSF lleva 20 años con su proyecto de lucha contra el sida en RDC
Diferentes medicamentos que una persona que vive con VIH puede tomar diariamente. La imagen de la izquierda muestra un tratamiento de primera línea. La del centro muestra una terapia de segunda línea para pacientes que no responden a la terapia de primera línea, y la imagen de la derecha muestra una terapia de tercera línea para pacientes que no responden a terapias de primera y segunda línea. RDC, agosto de 2022. © Michel Lunanga/MSF

En los últimos años, la respuesta internacional a la pandemia del sida ha mejorado notablemente. Sin embargo, los tratamientos todavía están lejos del alcance de las personas que los necesitan.

Más de 30 años después de su descubrimiento y del inicio de la pandemia, aunque la respuesta internacional ha mejorado, el VIH sigue siendo una emergencia médica mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), han muerto 33 millones de personas; solo en 2019 murieron 690,000 personas y 1,7 millones se contagiaron.
En la actualidad, se estima que 38 millones de personas viven con el VIH, de las cuales 21,7 millones reciben tratamiento antirretroviral. La región más afectada del mundo sigue siendo África subsahariana. Los tratamientos todavía están lejos del alcance de las personas que los necesitan.

ESTADÍSTICAS MUNDIALES SOBRE EL VIH

  • 1,5 millón de personas contrajeron la infección por el VIH en 2020.
  • 690,000 personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA en 2020.
  • Personas que viven con VIH en 2020: 37,6 millones de personas vivían con el VIH.

¿Qué es el VIH y cómo se transmite?

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se transmite a través de la sangre y los fluidos corporales, va debilitando gradualmente el sistema inmunológico (generalmente a lo largo de un periodo de entre 3 y 15 años) hasta producir el síndrome de inmunodeficiencia adquirida o SIDA. A medida que el sistema inmunológico se debilita, pueden aparecer infecciones oportunistas como candidiasis, neumonía y varios tipos de tumores. Algunas infecciones pueden tratarse, mientras que otras son letales. La más común y mortífera es la tuberculosis y es la principal causa de muerte entre personas con VIH. Muchas personas viven sin síntomas durante años y sin saber que son portadoras del virus.
En el caso de los niños, la situación es especialmente preocupante. Se estima que nueve de cada 10 niños con VIH/sida no pueden acceder a los medicamentos antirretrovirales que pueden salvarles la vida. La mitad de ellos morirá antes de cumplir los dos años si no recibe tratamiento.
youtube://v/OQsJxFgirxA

¿Cómo se diagnostica el VIH?

El diagnóstico de la infección del VIH se basa en la detección de anticuerpos del virus en el suero sanguíneo. En el caso de bebés, que pueden tener anticuerpos de la madre, hay que hacer otro tipo de pruebas más complejas que no están en la mayoría de los lugares más afectados por esta enfermedad.
Para hacer el seguimiento de las personas contagiadas, hay que controlar regularmente el nivel inmunitario del paciente, comprobando el número de células infectadas (linfocitos CD4). Este control permite determinar en qué fase de la enfermedad se encuentra la persona y decidir si debe empezar o no el tratamiento antirretroviral (ARV).

¿Cómo se trata el VIH?

No hay una cura para el VIH/SIDA, pero las combinaciones de medicamentos antirretrovirales (ARV) ayudan a combatir el virus y permiten a las personas afectadas vivir más años y más sanas, al frenar la rápida degradación inmunológica. El tratamiento también reduce la probabilidad de transmisión del virus hasta en un 96%: el tratamiento es por tanto una forma eficaz de prevención. La toma de estos medicamentos se simplifica cuando vienen combinados en una sola pastilla (dosis fijas combinadas).
Según las últimas recomendaciones de la OMS, todas las personas diagnosticadas con VIH deben empezar inmediatamente el tratamiento. Además, su adhesión al tratamiento debe monitorearse con pruebas de carga viral: se mide la cantidad de copias del virus en sangre para comprobar si se mantiene en niveles indetectables o si es necesario cambiar a un régimen de segunda o tercera línea.
Los programas integrales de VIH/SIDA de MSF incluyen actividades educativas y de sensibilización para que la gente sepa cómo prevenir la propagación del virus, distribución de condones, pruebas del VIH con asesoramiento antes y después de las mismas, tratamiento y prevención de infecciones oportunistas, prevención de la transmisión del virus de madres a sus bebés, y provisión de ARV a pacientes en estadios clínicos avanzados de la enfermedad.

Retos:

Hacer llegar las pruebas diagnósticas y medicamentos existentes a los niños que los necesitan, mientras se desarrollan herramientas más adecuadas para su uso pediátrico. Fortalecer las cadenas de aprovisionamiento y financiación para evitar la interrupción de los tratamientos. Reducir el coste de los tratamientos de primera y segunda línea mejorados. Simplificar el tratamiento de la coinfección de VIH y tuberculosis.
En 2021, Médicos Sin Fronteras (MSF) instamos a los países a que implementen prácticas para mitigar el impacto de COVID-19 en los servicios de atención de VIH/SIDA, incluidas fórmulas para brindar a las personas con VIH varios meses de tratamiento en una sola vez, reduciendo así el número de visitas a los centros de salud.
youtube://v/Or1v0CjqN9U

MSF y el VIH

Somos una de las organizaciones pioneras en el tratamiento del VIH en países sin recursos. Nuestros primeros proyectos de tratamiento se remontan al año 2000, en Tailandia: allí demostramos, frente al discurso imperante entonces, que a pesar de todas las dificultades, diagnosticar y tratar el VIH en países pobres es posible. En 2019, nuestros equipos administraron tratamiento antirretroviral de primera línea a 59,400 pacientes con VIH y de segunda línea a 11,100; en total, 144,800 personas recibían tratamiento de primera o segunda línea en proyectos directamente gestionados por MSF como los anteriores, o en programas de los Ministerios de Salud que reciben el apoyo de MSF.
Además del diagnóstico, tratamiento y pruebas de carga viral, nuestros proyectos de VIH incluyen tratamiento y prevención de las infecciones oportunistas, actividades educativas y de sensibilización (a través de grupos de pacientes que se ayudan mutuamente), asesoramiento y apoyo psicológico, y distribución de preservativos.
Por otra parte, dado que la mayoría de los niños con VIH contrajeron el virus durante el embarazo, el parto o la lactancia, proporcionamos tratamiento para la Prevención de la Transmisión de Madre a Hijo (PTMH): consiste en administrar ARV a la madre durante el embarazo, el parto y la lactancia, y al bebé justo después de nacer.
En todos estos ámbitos, apostamos por la simplificación y la descentralización del diagnóstico y el tratamiento con el fin de que estén lo más cerca posible de las casas de las personas afectadas. Por ejemplo, hemos implantado la estrategia de traspaso de tareas, con el fin de que actividades antes reservadas solo a los médicos puedan ser realizadas por otro personal sanitario, como la iniciación del tratamiento.

Más de la mitad de los países en los que trabajamos están en guerra o son muy volátiles e inestables: de ahí la importancia de desarrollar estrategias que impidan que los pacientes interrumpan su tratamiento en caso de que un brote de violencia les impida acudir al centro de salud o de que tengan que huir. Uno de los protocolos consiste en preparar bolsas con los medicamentos que necesitarán llevarse con ellos en caso de huida. En Sudán del Sur por ejemplo, un país afectado por el conflicto y con alta prevalencia de VIH, en las zonas donde trabajamos hemos sido capaces de tratar a todas las personas con VIH en el ámbito comunitario, tal y como recomienda la OMS. Seguiremos explorando nuevas formas de garantizarles el tratamiento.

 

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