Personas refugiadas

Desde sus comienzos hace 50 años, las personas refugiadas han sido uno de los principales grupos poblacionales asistidos por Médicos Sin Fronteras (MSF).

Desde sus comienzos hace 50 años, las personas refugiadas han sido uno de los principales grupos poblacionales asistidos por Médicos Sin Fronteras (MSF). 
 
82.4 millones de personas están actualmente huyendo de conflictos o persecuciones en todo el mundo. Ya sea debido a su raza, religión o nacionalidad, los hogares de estas personas no son lugares seguros para vivir y sus gobiernos no les proporcionan protección.
 
Desde MSF trabajamos en todo el mundo para proporcionar a las personas refugiadas y a las personas desplazadas internamente (PDI) todo lo que necesitan, desde la atención psicológica hasta la nutrición para salvarles la vida. MSF establece hospitales en muchos campos para personas refugiadas, ayudamos a las mujeres a dar a luz de forma segura, vacunamos a las niñas y niños para prevenir epidemias y proporcionamos acceso al agua potable.
 

Personas refugiadas

Los conflictos armados y otras situaciones de inestabilidad a menudo causan grandes movimientos poblacionales: las personas escapan de la persecución y la violencia. Una persona refugiada es un civil que, al no recibir más protección de su gobierno, cruza la frontera nacional en busca de refugio.
 
Hoy en día hay más de 26,4 millones de personas refugiadas, muchas de ellas viviendo en campos de refugiados. Estos se encuentran a menudo desbordados y las condiciones de higiene, alimentación y seguridad son precarias. Hay escaso acceso a la atención sanitaria y riesgo constante de contraer enfermedades contagiosas que pueden ser letales; en algunos casos sufren de desnutrición a causa de una alimentación insuficiente.
 
Un refugiado o refugiada es una persona que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o – a causa de dichos temores – no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o – a causa de dichos temores– no quiera regresar a él”, de acuerdo a la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados (Fuente: ACNUR).
 

Ley internacional

Las personas refugiadas están protegidas por el derecho internacional. El Alto Comisionado de las Naciones Unidad para los Refugiados (ACNUR) es el responsable de asegurar que las personas refugiadas tengan derecho a solicitar asilo, a recibir asistencia – alimentos, vivienda, atención médica – a la protección contra la violencia y a lograr una solución duradera a su situación.

Sin embargo, algunas políticas están diseñadas para disuadir a las y los refugiados de buscar asilo: desde políticas que toleran su procesamiento inadecuado o simplemente el rechazo de las personas refugiadas.

Además de proporcionar asistencia sanitaria para los refugiados, creemos que es igualmente importante hablar sobre estas políticas.

 
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Desplazados internos

Mientras que las personas desplazadas internas a menudo huyen de sus hogares por motivos similares a las y los refugiados (conflictos armados, violaciones de los derechos humanos, desastres naturales) técnicamente, no son refugiados. Las personas desplazadas internas no han cruzado una frontera internacional para encontrar refugio y, por tanto, permanecen legalmente bajo la protección de su propio gobierno, a pesar de que el gobierno sea a menudo la causa de su huida.
 
Hoy en día, hay alrededor de 48 millones de personas desplazadas internamente en todo el mundo. Alrededor de tres cuartas partes de todos los desplazados internos son mujeres niñas y niños.
 
A pesar de la ley internacional exige la protección de los civiles en los conflictos, las mujeres, las niñas y niños son a menudo blanco deliberado de las partes en conflicto, como parte de su estrategia.
 
Y, si bien existen programas para proporcionar atención médica y quirúrgica a estas víctimas, la gran mayoría no recibe la atención que necesita porque viven en regiones en las que el sistema de salud se ha derrumbado y donde es demasiado peligroso para las agencias de ayuda independientes para operar.
 

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