Movimiento Internacional

Médicos Sin Fronteras (MSF) es un movimiento internacional formado por profesionales que trabajan o han trabajado en el terreno, agrupados en asociaciones nacionales y regionales. Colectivamente, se aseguran de que MSF se mantenga fiel a su misión y a sus principios.

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Vacantes para proyectos internacionales

Un listado de los perfiles profesionales que buscamos en los proyectos de MSF.
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Proyectos Internacionales

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Temas Médicos

Conoce más sobre las principales enfermedades y problemáticas que nuestros equipos enfrentan en cada una de las más de 9 millones de consultas anuales.

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Personas refugiadas

Desde sus comienzos hace 50 años, las personas refugiadas han sido uno de los principales grupos poblacionales asistidos por Médicos Sin Fronteras (MSF).
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Personas Excluidas de la Atención Sanitaria

En Médicos Sin Fronteras realizamos intervenciones orientadas a prestar asistencia médica y humanitaria a poblaciones deliberadamente excluidas de los servicios básicos: personas migrantes en situación irregular, trabajadoras(es) del sexo, minorías étnicas o colectivos marginados.

La palabra emergencia evoca imágenes de desastres a gran escala, como terremotos o conflictos armados. Pero una gran parte del trabajo de MSF se centra en la prestación de atención en emergencias ocultas que, mientras reciben poca cobertura de los medios, pueden ser igual de graves.

En cada situación, Médicos Sin Fronteras nos esforzamos por asegurarnos de que nos dirigimos a las personas que pueden ser pasadas ​​por alto por las autoridades o por otros grupos de ayuda. Estas pueden incluir trabajadoras(es) del sexo, niñas y niños que viven en la calle, personas presas, usuarias de drogas o con trastornos mentales. En algunos contextos, poblaciones enteras son descuidadas sistemáticamente por las autoridades competentes por razones étnicas o políticas.

Cuando las personas están condenadas al ostracismo de la sociedad o son olvidados por sus gobiernos, MSF podemos intervenir para ayudar a sanar las heridas físicas y mentales.

Con décadas de experiencia, MSF nos tomamos el tiempo necesario para desarrollar un conocimiento profundo de las personas con las que tratamos y de los lugares en los que operamos.

Brindamos atención a las personas desatendidas que no tienen acceso a las instalaciones y servicios médicos.

Prisiones

Muchas sociedades en el mundo no generan la riqueza necesaria para ser capaces de cuidar de la salud de la gente sobre sobre una base justa. Otras tienen los recursos, pero muestran una la voluntad política y social insuficiente para hacerlo. En algunos países, las personas encarceladas en prisiones a menudo tienen poco o ningún acceso a la atención sanitaria.

Carecen de agua en las celdas antihigiénicas,  en las que las condiciones como la desnutrición, la deshidratación y las infecciones de la piel y las respiratorias son muy comunes. En muchos países, cuando las personas son recluidas en celdas hacinadas, son susceptibles a contraer enfermedades como la tuberculosis, ya que los recintos son un caldo de cultivo de la enfermedad.

A partir de 2010, por ejemplo, MSF trabajamos en tres prisiones de la capital camboyana de Phnom Penh, donde se encuentra el 25 por ciento de los presos de todo el país. Nuestros equipos proporcionan atención y tratamiento para el VIH y la tuberculosis, y se han introducido medidas para mejorar el control de la infección, como un área de cuarentena en una de las prisiones.

Para evitar que nuestros pacientes desarrollen la variante de la enfermedad resistente a los medicamentos, nuestro personal da seguimiento a su tratamiento también cuando los prisioneros son trasladados o puestos en libertad. Nos aseguramos de que tengan acceso a los medicamentos que necesitan, así como a los servicios médicos.

Violencia, abuso de drogas y trabajo sexual

En algunos países, las personas son excluidas de la asistencia sanitaria debido a que se han visto obligadas a vivir fuera de los límites de la sociedad. En la capital de Honduras, Tegucigalpa, la tasa de homicidios es una de las más altas del mundo. Esta alarmante estadística se debe en gran parte debido al tráfico de drogas, que genera fenómenos como el de las bandas que extorsionan negocios, aterrorizan a la población local, y participan en violentas guerras territoriales.

Las personas están a menudo demasiado asustadas para buscar asistencia sanitaria.

Muchas personas en Honduras se ganan la vida como trabajadoras(es) del sexo comercial o como traficantes de drogas, y la falta de acceso a la salud, junto con el rápido crecimiento del comercio sexual, han dado lugar a un enorme aumento de enfermedades de transmisión sexual (ETS).

En la calle, los médicos de MSF diagnostican a las personas que encuentran y les proporcionar primeros auxilios. Los psicólogos proporcionan asesoramiento y escuchan lo que la gente tiene que decir. Otras personas con problemas de adicciones y salud más graves o crónicas son referidas a nuestros centros de salud, donde los médicos y psicólogos de MSF proporcionan atención médica adicional para los pacientes que han sido víctimas de la violencia física, sexual o psicológicos, así como apoyo durante su tratamiento.

Personas marginadas

En muchos países, ciertas condiciones médicas – especialmente los trastornos mentales y psicológicos – son manejados principalmente en silencio. Los tabúes pueden ser un problema de salud tan grande un como cualquier otro.

Unas 450 millones de personas en todo el mundo sufren de trastornos de salud mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin embargo, existe una enorme brecha entre los que necesitan asistencia sanitaria y los que la reciben.

“Mientras estaba en Dadaab, vi docenas de personas con problemas de salud mental que habían sido encadenadas o encerradas por sus familias, quienes no tenían ningún tipo de herramienta para saber cómo manejarlos”, dice el psiquiatra Pablo Melgar Gómez, que trabajó con MSF en el campo de refugiados de Dadaab, en Kenia, 2009-2010.

“Si no hubiéramos intervenido, estas personas no hubieran tenido ninguna esperanza de recibir atención psiquiátrica y seguirían encadenadas hoy”.

Algunas condiciones médicas, tales como fístulas obstétricas, pueden ser tanto el resultado de la exclusión de la atención sanitaria, como también llevar a las mujeres que la padecen a ser excluidas de la sociedad.

Las fístulas – un orificio entre la vagina y el recto a través del cual la orina y las heces se fugan continuamente – son casi siempre causadas ​​por el parto obstruido. Ocurren principalmente en zonas remotas de África, donde existen pocos hospitales o parteras, y el acceso a la atención obstétrica es escasa.

En la mayoría de los casos, las mujeres con fístulas desarrollan condiciones psicológicas. Debido a los síntomas físicos, a menudo serán excluidas de su comunidad y abandonadas por sus maridos, que buscarán a otra mujer “sana”.

En 2009, MSF construyó una ‘Aldea de la Mujer’ junto al hospital general de Abéché, en Chad, donde las víctimas de fístula puede ir para recuperarse y recibir apoyo psicológico, ayudándoles a reintegrarse en sus comunidades.

*El nombre de la paciente ha sido cambiado

Conflictos armados

En zonas de guerra, Médicos Sin Fronteras no toma partido. Brindamos asistencia médica basándonos solamente en las necesidades de las personas, y trabajamos duro para tratar de llegar a quienes más necesitan ayuda.

Si las partes en conflicto perciben a las organizaciones de ayuda de un lado de un conflicto, tenemos menos probabilidades de tener acceso a las personas necesitadas y estamos más propensos a ser atacados.

Una de las formas en la podemos demostrar nuestra independencia respecto a las partes en un conflicto, es asegurándonos de que todos nuestros fondos para trabajar en estos contextos provengan de particulares. Por ello no aceptamos subvenciones de ningún gobierno.

Los conflictos, ya sean guerras internacionales o disputas internas, pueden traer consigo muchas consecuencias. En un entorno de destrucción y desmembramiento del sistema de salud, es necesario prestar asistencia médica, psicológica y quirúrgica.

El temor a la violencia o la persecución desarraiga a comunidades enteras y entre quienes se quedan, a menudo muchas personas se enfrentan a la falta de acceso a la atención médica.

Los conflictos normalmente conducen a un aumento de lesiones traumáticas, pero también conducen a problemas para las personas que necesitan atención médica regular, ya sea por complicaciones con un embarazo o por enfermedades crónicas como la diabetes, el sida y la hipertensión, o por enfermedades como la tuberculosis, el cólera o la malaria, u otras menos conocidas como la enfermedad del sueño.

Centro de tratamiento del cólera de Médicos Sin Fronteras en Quelimane, Mozambique



En el Centro de Tratamiento de Cólera de Quelimane, en la provincia de Zambezia, MSF instaló decoraciones para hacer la sala de pediatría más amigable para niñas y niños. ©Martim Gray Pereira/MSF

Los efectos indirectos del conflicto y la inestabilidad, incluido el derrumbamiento de las infraestructuras y de la economía,también provocan sufrimiento.

En general, los trastornos psicológicos y las enfermedades mentales también se incrementan. Por su parte, la violencia sexual, lamentablemente, también es muy común en los conflictos.

Tratamos de llenar estos vacíos con personal médico, de enfermería y especialistas en logística con mucha experencia, que brindan atención médica especializada y apoyo logístico.

Las operaciones de MSF consisten básicamente en llevar equipos médicos que brindan servicios médicos en instalaciones de salud y hospitales para cubrir las crisis sanitarias inherentes a un conflicto, como desnutrición o problemas de salud mental. Cuando es necesario, MSF también perfora pozos, suministra agua potable y distribuye materiales de abrigo y cobijo.


Violencia Intensa

Durante los momentos de violencia intensa, nuestros equipos a menudo tienen que trabajar con una gran flexibilidad. En 2011, cuando los combates rodeaban las instalaciones médicas en Misrata, en Libia, un equipo de MSF tuvo que encontrar la manera de evacuar de manera segura y rápida a un gran número de pacientes gravemente heridos.

El equipo fletó un ferry rápido de pasajeros, despojándolo de sus asientos para poder instalar lonas de plástico y colchones, y fijar las líneas intravenosas. “La violencia provocó una enorme afluencia de personas heridas y fue una suerte que pudiéramos estar allí y llevarlos a bordo”, dice Helmy Mekaoui, médico de MSF que coordinó la evacuación médica.

A pesar de la mala mar, el barco llegó a salvo en Túnez al día siguiente, donde 20 ambulancias esperaba para llevar a los 71 pacientes al hospital.

El logista de MSF, Anás Alamudi, recuerda: “En lo que a mí respecta, fue una operación exitosa y me alegro de que pudiéramos ayudar. Había personas enfermas que necesitaban salir, y les sacamos. Misión cumplida”.

Personal altamente experimentado

Trabajar en una zona de guerra puede ser una experiencia muy aterradora, estresante y perturbadora. Debido a esto, sólo permitimos personal altamente capacitado y experimentado que se ofrecen para trabajar en este tipo de contextos.

Paul McMaster, un cirujano británico que ha trabajado extensamente con MSF, todavía encuentra desafiantes las misiones de alta seguridad.

Después de regresar de una misión en Siria, donde trató a los heridos en un quirófano instalado en una cueva, dijo: “He trabajado en muchos lugares difíciles con MSF – zonas de guerra como Sri Lanka, Costa de Marfil y Somalia – pero mientras en esos países el peligro estaba a nivel del suelo, en Siria el peligro siempre viene desde el aire. Es un tipo de peligro mucho más opresivo cuando tienes un helicóptero en el cielo encima de ti”.

Seguridad

Aunque aceptamos que es imposible excluir a nuestro personal de todas las formas de riesgo, hacemos todo lo posible para minimizarlo a través de nuestras estrictas medidas de seguridad.

Antes de iniciar un nuevo proyecto, y a lo largo de toda su duración, evaluamos continuamente los riesgos. Cada misión en el terreno implementa normas de seguridad detalladas y adaptadas a las condiciones del lugar, definiendo estrategias, responsabilidades y medidas de seguridad específicas.

Entre estas normas, MSF tiene una estricta política de “no armas” en todas nuestras clínicas, vehículos y centros de salud. Para garantizar la seguridad de nuestro personal y de los pacientes, es crucial que ninguna persona armada ingrese a nuestros hospitales. Naturalmente tratamos a todos los combatientes que necesiten ayuda médica, cualquiera que sea el bando al que pertenecen, pero ellos y sus colegas deben dejar sus armas fuera. La presencia de cualquier persona armada incrementa las posibilidades de que nuestras instalaciones se conviertan en blanco de la violencia.



La experiencia nos ha enseñado que cuando llevamos a cabo una intervención humanitaria eficaz para salvar vidas, que es claramente imparcial y neutral – y estos conceptos son entendidos por toda la población en el zona- el logotipo de MSF en una camiseta a menudo ofrece más protección que un chaleco a prueba de balas.

Esto se debe a que, en zonas de guerra, nuestros coordinadores de proyectos y de emergencias a menudo pasan tanto tiempo conociendo y hablando con los grupos armados opuestos, como el que pasan en cualquiera de la otras actividades de su trabajo.

Cuando un equipo de MSF es percibido por todos como un equipo médico humanitario neutral, imparcial e independiente, y cuando esas palabras son claramente comprendidas y apreciadas, gracias a nuestras acciones concretas sobre el terreno, estamos en la posición más segura.

Respuesta a Emergencias

Vamos a donde más se necesita, sea un desastre natural, una guerra, un éxodo de refugiados o ayudando personas excluídas de los sistemas de salud.
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Desastres Naturales

En cuestión de minutos, los desastres naturales como terremotos, tsunamis y huracanes pueden abrumar a una población entera. Miles de personas pueden resultar lesionadas o traumatizadas por la pérdida de familiares, amigos y de sus hogares.

El agua limpia, la atención sanitaria y el transporte también son a menudo víctimas de estos desastres. La respuesta rápida y coordinada para ofrecer atención médica de emergencia son vitales para asistir a las personas sobrevivientes.

Ya sea en las catástrofes de gran envergadura o en las emergencias locales, la red de trabajadores y suministros de Médicos Sin Fronteras en todo el mundo significa que podemos responder rápidamente a los desastres naturales. Por ejemplo, MSF tratamos a nuestros primeros pacientes en el terremoto de Haití tras sólo tres minutos. Con más de 40 años de experiencia, somos expertos en el despliegue de respuestas de emergencia en entornos complejos.

Llevamos personal médico altamente calificado, logistas y expertos en agua y saneamiento en las zonas de desastre. Durante décadas hemos construido un sistema de apoyo logístico y un gran número de personal experimentado que MSF puede movilizar en un corto espacio de tiempo.

Casi el 90% de nuestros fondos se recauda gracias la generosidad de los donantes privados, lo que da MSF un nivel incomparable de la independencia. Debido a esto, podemos responder de inmediato, sin tener que depender de los gobiernos o de donantes institucionales para la ayuda. Sólo hacemos llamados para fondos adicionales si el desastre es muy grande y si realmente necesitamos un apoyo adicional por parte del público.

Respuesta inmediata

El terremoto de 2010 en Haití ha sido nuestra mayor operación de emergencia hasta la fecha. El desastre mató a 220,000 personas, dejó a 1.5 millones de personas sin hogar y destruyó el 60% de las infraestructuras de salud, incluyendo dos de nuestros propios hospitales.

Respondimos mediante la contratación de miles de nuevos trabajadores, en su mayoría haitianos, que trabajaron en 26 centros médicos – incluyendo un hospital de campaña en un campo de fútbol. En 10 meses tratamos a 350,000 pacientes, realizamos 16,000 intervenciones quirúrgicas, y cuando la epidemia de cólera se desató, tratamos al 60 por ciento de los casos en todo el país.

Haití mostró cómo la respuesta a un desastre natural, a menudo va más allá de la crisis inmediata. La fase de emergencia, donde respondió con servicios de cirugía, atención médica, apoyo psicológico, alimentos, refugio y agua, fue relativamente corta.

A largo plazo, fue necesario contener y limitar la propagación de enfermedades infecciosas, restablecer los sistemas de salud y apoyar a las personas que habían perdido sus casas y estaban viviendo en refugios temporales.


Preparación para emergencias

Debido a que contamos con proyectos en más de 70 países de todo el mundo, a menudo ya contamos con los trabajadores humanitarios cerca de la zona cuando ocurre un desastre natural. Estas personas son apoyadas por los “Equipos de Emergencia”, quienes están en estado de alerta permanente en las sedes, y quienes son expertos en hacer evaluaciones rápidas y organizar de respuesta inmediata.

Los suministros médicos y logísticos, en forma de kits pre armados, ​​listos para el despliegue rápido, se almacenan en centrales ubicadas en lugares estratégicos en todo el mundo, y se cuenta con una lista de personal con experiencia que está dispuesto a dejar todo y salir de inmediato a trabajar en un desastre. Todo esto significa que podemos estar ahí donde las personas nos necesitan lo más rápido posible. Los casos médicos urgentes no pueden esperar.


Donación de alimentos, ropa o medicamentos

En MSF no aceptamos donaciones materiales de particulares por problemas de costo, clasificación y almacenamiento, y porque algunos productos pueden ser incompatibles con nuestros programas. Para que la ayuda sea rápida y efectiva, lo compramos todo a través de dos centrales de compras propias que, además de conseguir mejores precios, tienen el material adaptado a nuestras necesidades, preparado para ser enviado con urgencia y llegar en buenas condiciones al lugar de destino.

Otros productos necesarios, como materiales de construcción, comida o combustible, se compran en el terreno, lo que además, ayuda a las economías locales a recuperarse.

Financiación de emergencia

Como organización, nos enorgullece el increíble apoyo de nuestros donantes. Nuestra estructura de financiación se basa en una gran cantidad de donaciones regulares de millones de personas de todo el mundo que nos dan una suma de dinero cada mes. Esto nos da la flexibilidad -y el flujo de efectivo- para responder a las emergencias a medida que ocurren, en lugar de crear ‘ollas’ de financiación individual para cada crisis por separado.

Es raro que en MSF solicitemos fondos del público para una única crisis -y tomamos la decisión de hacerlo de manera colectiva y con mucho cuidado- porque tenemos oficinas en más de 25 países de todo el mundo y buscamos asegurarnos de que, responsablemente, sólo recaudemos lo tendremos que gastar.

En 2004, tras el tsunami del Océano Índico, MSF se encontró muy rápidamente sobre-financiada para el trabajo que teníamos que hacer (la gente había fallecido o no tenían necesidades médicas extensas, y la respuesta pública mundial había sido masivamente generosa).

Este sobre-financiamiento se dio a pesar de que cerramos nuestro llamado luego de pocos días. Por eso, ahora somos muy cautelosos para calcular la financiación «etiquetada» con los presupuestos operativos. Evaluamos muy cuidadosamente la cantidad que necesitaremos para nuestro trabajo y la cantidad que el público nos puede dar.

En casos de emergencias esto es muy difícil de hacer y a veces nos hemos equivocado. Por ejemplo,frente al terremoto de 2010 en Haití, en el que terminamos necesitando y gastando mucho más de lo que nos permitimos recaudar de forma «etiquetada».

Sin embargo, nuestros donantes pueden confiar en que pensamos muy detenidamente sobre la posibilidad de solicitar cualquier apoyo adicional -y que si les pedimos fondos adicionales para una crisis, es porque la magnitud de las necesidades y de nuestra respuesta, realmente lo justifica.

Nuestro Trabajo