Cuando decides unirte al equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), haces más que una elección de carrera; también haces una elección de vida. Nuestro equipo de profesionales son personas que, ante todo, creen en la labor humanitaria imparcial, neutral e independiente que realiza MSF en todo el mundo. 

Quienes trabajan en MSF no son personas voluntarias: reciben una remuneración y son parte de rigurosos procesos de selección. Sin embargo, no son los salarios los que atraen y retienen a los profesionales en la organización, sino su vocación humanitaria y la satisfacción de trabajar por una causa que cambia las vidas de muchas personas.

La integridad de nuestra organización está respaldada por la buena conducta de cada integrante de nuestro equipo, en cualquier lugar, con pleno respeto por las comunidades a las que servimos. Por lo tanto, esperamos que todos los y las profesionales respeten nuestros principios rectores. Como estipula nuestra Carta Magna, nuestro papel es brindar asistencia a las poblaciones en dificultad, sin olvidar nunca nuestro código de ética profesional. Contamos con mecanismos para denunciar e investigar casos de abuso y acoso en el lugar de trabajo.

Buscamos personas con vocación humanitaria, motivadas, competentes, flexibles, con capacidad de crítica constructiva y con experiencia consolidada en distintas áreas.